Trump con su asunción a la presidencia, por un buen tiempo, él y sus acciones serán las principales noticias del mundo. Nada más que cuidado. Como, los medios controlados por el globalismo, más que medios de información, son de adoctrinamiento. Esto es viejo, hace años Mark Twain: sabiamente enunció: “Quien no lee el periódico, está desinformado; pero quien los lee, está mal informado”. Resulta que, los periodistas vendidos y los políticos ratas, son mellizos y, frecuentemente, van de la manita, unos haciendo maldades y otros ocultándolas. También suelen ocultar o distorsionar las acciones de sus opositores. Por eso a políticos y periodistas, igual que los puercos, solo se sabe su valor real, hasta que están “colgados y pesados en el rastro”. Y todavía quien sabe, ya que muchas de sus maldades las hacen en lo oscurito y tardan en conocerse.
Si muchos mexicanos estamos desinformados sobre lo que sucede aquí, con mayor razón sobre Trump. Incluso hay informadores conocidos que, sorprendentemente, opinan desinformados. Además, muchas de las grandes cadenas internacionales están manipuladas por el globalismo. En 2020 nada comentaron nada del fraude demócrata. Aunque USA es el adalid de la “democracia”, también padece fraudes. Parece que Kennedy ganó mediante fraude. (Posiblemente él no intervino). Nixon calló para evitar escándalos. La prensa vendida, durante la campaña electoral, perversamente informó que estaba muy reñida y que “Kemala” podría triunfar, pero fue barrida. (Se dice, que Elon Musk evitó el fraude). Esto es una prueba que la información de ciertos medios es dudosa, porque sirven al Gran Capital que no quiere a Trump. Máxime que es un tipo controversial con lengua larga, “puntalero” y soberbio. Así que: ¡Aguas con la prensa! Se dedicará a desinformar, cuando requerimos información adecuada y veraz.
Las cuestiones humanas son muy complejas, tienen muchas aristas, y la política, que juega un papel toral en la comunidad, se presta para el fanatismo, superficialidad e indiferencia. Hoy, la migración y las drogas son dos temas palpitantes. Principalmente la migración, es fruto de la falta de oportunidades y la violencia, así como de la demanda de trabajadores. Estados Unidos necesita “braceros” y suele abusar. Cuando los requieren, aflojan la vigilancia fronteriza y cuando no, la aprietan. Desde hace añales hay migrantes ilegales en Estados Unidos. Los hay que llevan años sin arreglar su estancia legal. Con su trabajo generan progreso.
Obama fue quien más inmigrantes expulsó, pero como es lacayo globalista, no hubo escándalo. El gobierno gringo tiene todo el derecho a fijar sus normas de ingreso y permanencia, pero respetando los Derechos Humanos. Es criminal separar niños de sus padres. Claro que hay migrantes delincuentes, pero son minoría. Si se hace un balance de los daños y los beneficios que los inmigrantes, aunque sean ilegales, le han proporcionado a Estados Unidos, muy posiblemente, pesarían bastante más, los bienes. Ellos realizan trabajos que no son de la “categoría” de los estadounidenses y suele abusarse de ellos. La defensa de los emigrantes mexicanos corresponde al gobierno, pero, al cacaraqueado “humanismo mexicano” de la comunista 4ª Trastornación, los humanos mexicanos le valen sorbete, solo le interesa robar y acabar de implantar su tiranía “Castrochavipejiana”. Si bien Estados Unidos tiene todo el derecho de establecer las normas migratorias a su gusto, es de justicia, que como ellos los necesitan y de alguna forma los atraen, esas normas deben salvaguardar su dignidad humana, aunque sean extranjeros ilegales.
Desde luego que, el asunto de las “narcoadicciones” no son “enchiladas” y tiene demasiados vericuetos. El gobierno yanqui, puso la primera piedra del problema, cuando impulsaron a los pequeños cárteles mexicanos, para que produjeran más droga, para que sus soldados que andaban en alguna guerra, tuvieran más resistencia física y menos trabas morales para “matar” enemigos. Y ahora están muy molestos por su alta producción. Que bueno que deveras los combatieran, ya que la 4T solo los abraza. Nos harían un grandísimo favor. Especialmente si se llevan a los “narcogobernantes” de alto rango y nos dejan como estábamos. Pero, ojalá también, se ocupen de sus cárteles, ya que, a fin de cuentas, ellos son los responsables directos de tantas muertes. Allá ni abrazos, les dan. Ni siquiera los mencionan. Nunca se ha escuchado que atrapen algún cabecilla del cártel de Chicago, Miami o algún otro. ¿También es otro “narcogobierno”? o ¿Cómo? Estaría bien, que primero se ocupen de sus cárteles, pues estamos hablando del mayor mercado del mundo y es quien exige “producto”.
El ascenso del controversial Trump está ocasionando una “revolución” mundial. Unos lo rechazan violentamente, pero a otros, inspira esperanza. Su forma de proceder es avasalladora y su lengua larga, causa escándalos, asusta y despierta repulsión. Despierta simpatía o rechazo. Hay hechos que indican que su lado positivo, podría ser mayor, que el negativo. La economía de su país, estuvo mejor con él, que con su sucesor globalista. Declaró la guerra a la perversa ingeniería social con la que los “progres” globalistas están socavando los valores que fundamentan nuestra cultura judeocristiana occidental. Suspendió el financiamiento para instituciones que promueven el asesinato de nonatos. Defiende los valores familiares. Prohibió que operen o administren hormonas a los niños, para darles artificialmente características físicas del otro sexo. Está dando fuertes golpes, al “wokismo”, (una ideología de pensamientos que invierte los valores occidentales), y a una infinidad de perversidades más que están poniendo al mundo de cabeza y que son tema aparte. Esto es excelente, no solo para Estados Unidos, sino para muchas naciones.
Su gabinete incluye varios miembros de origen hispanoamericano. (Se hablará mucho español en la Casa Blanca). Rechazan al narcotráfico, los “narcogobiernos” y la Agenda 2030. En el equipo hay varios católicos, (que ojalá sean de verdad y no practiquen el “catolicismo” de Biden). Habemos los que tenemos la esperanza de que este equipo impacte mundialmente a favor de la libertad y de los Derechos humanos. El marxismo desde su nacimiento está organizado, por eso su Internacional Comunista y proliferación de instituciones y movimientos afines. Entre otros muchos el Foro de San Pablo, hoy Grupo Puebla. Mientras en Iberoamérica el globalismo tiene en sus garras algunas naciones y otras a punto de caer; en otras la libertad está obteniendo éxitos. Argentina está saliendo en forma extraordinaria y rápida de una grave crisis económica socialista. El Salvador se liberó de una aterrorizadora violencia. Y aunque Bukele preside una nación pequeñita, junto con Milei se ha convertido en líder mundial.
Trump es enemigo de la estúpida guerra. En su mandato anterior, abandonó la costumbrita gringa de involucrarse en múltiples conflictos bélicos y hoy espera parar algunas conflagraciones que aquejan al mundo y desaparezca la amenaza de la III Guerra Mundial. Trae metida entre ceja y ceja, la idea de hacer a “América Grande Otra Vez”, ojalá no esté pensando en el concepto aquel del Destino Manifiesto de: “América para los americanos”, en donde los americanos solo eran los estadunidenses. Ojalá entienda que, si Dios le salvó la vida, no solo es para que haga el bien de sus connacionales. Dado el peso de Estados Unidos en el mundo y la situación que estamos viviendo, nos hace creer que el “Destino”, le asignó una misión de trascendental importancia para la humanidad entera. Ojalá no se le moje la pólvora y rechace el papel que, Dios parece haberle encomendado, como lo hizo Xóchitl. Si quiere hacer que América sea grande otra vez, que sea como fue en tiempos de los fabulosos virreinatos comandados por España. Vivimos un momento histórico en el que la humanidad, estúpidamente esta metida en muchos problemas, lo que a nuestra generación le brinda la oportunidad, derrotar al cáncer de las tiranías socialistas, rescatar los valores humanos y cambiar, para bien, al mundo. Informémonos y actuemos. La moneda está en el aire. Pongámonos a la altura de las alocadas circunstancias. Soñamos que el bien finalmente triunfará.