De verdad que los hombres somos bastante estúpidos. Y algunos políticos, sobre todo los tiranos y los perversos globalistas, lo aprovechan de maravilla. Se supone que todos los habitantes de una nación querrían tener un gobierno que, verdaderamente busque el bien de todos.
Padecemos un gobierno, en el que abundan los índices que indiscutiblemente demuestran, que como nunca, el país va en picada. La economía, no crecerá. Los asesinatos siguen rompiendo la marca. La inseguridad atemoriza la población de muchas comunidades. La pobreza extrema y el desempleo están incrementándose. La deuda sube exageradamente y otros índices negativos que están al alcance de quien quiera consultarlos.
Los males no paran. Y no encontramos algo bueno de cierta importancia. Se “enorgullece” de sus programas sociales de regalar dinero, argumentando que “combate” la pobreza. Esto equivale a regalar diplomas para acabar con la ignorancia. Las estupideces y perversidades no tienen fin. En pocas palabras, más que para llorar, todo está para aterrorizarse.
Como “YSQ” se sabe muy “chiquito”, les tiene pánico a las reuniones que asisten presidentes de países del primer mundo. Por eso, en lugar de asistir a la reunión del G20, visitó sátrapas “paulistas”. Nunca se imaginó que, su “camarada” Petro, en su cara y públicamente daría detalles del comportamiento de los “narcogobernantes” colombianos. Como le cayó el saco, mientras hacía la exposición, se retorcía inquieto y desencajado en su asiento.
Imaginemos que somos marineros y estamos en altamar en un barco, al que su capitán y oficiales, quieren hundir. Con una tripulación dividida en dos. Los que ya se dieron cuenta de las malas intenciones, y que, luchan para impedirlo y ya encontraron a alguien mucho más capaz y bien intencionado, para reemplazar al pérfido capitán. Y los que creen a ciegas en el malvado, ya sea por ignorancia, necedad o desinterés por la verdad, además disfrutan de su atole con el dedo y sus falsedades, negándose a escuchar razones, lo defienden sin argumentos o con absurdos, ofensas, hasta con violencia y agresiones físicas. No pueden entender que el enemigo, no son sus compatriotas tripulantes, sino ese capitán. Ni que, para salvar al barco, sería benéfico que se unieran.
Pero por las flaquezas humanas, no solo hay quienes se aliaron incondicionalmente con el enemigo, sino que incluso algunos que ya identificaron al enemigo, de repente se desorientan y olvidan que lo urgente es derrocarlo.
Los mexicanos por lo que hemos padecido, solemos dejarnos llevar por el pesimismo, las calumnias y damos entrada al absurdo, al fanatismo y la violencia. En la situación actual, como ya tenemos una candidata caída del Cielo, con las calumnias algunos se tambalean.
Para que todos comprendamos bien, que tenemos un enemigo y que tenemos que concentrar todos nuestros esfuerzos en la única candidata que puede vencerlo, sin distraernos con otros, por más “santos” que sean. Tenemos el caso de Verástegui, pretendiente de candidato. Tiene tres problemas. El que esté muy apegado a la religión y haya producido una película que toca un problema mundial muy doloroso, no lo habilita para presidente. Es tan absurdo, como un anciano, que quisiera formar parte de la selección nacional de futbol. Desconoce totalmente el funcionamiento gubernamental y políticamente es tan desconocido, que ni remotamente podría
triunfar, pero por lo difícil de la elección, sería posible que con sus pocos votos, le diera el triunfo a la corcholata, quien además de usar el poder y los recursos estatales, cuenta con el sector “maiceado” del ejército, algunos narcos, la prensa “chayoteada”, un INE “cargado” y los infaltables tontos útiles. Si de verdad es católico, debe considerar que estamos viviendo una lucha entre el bien y mal, y que si se lanza, ayuda al mal.
Es triste, que las mentiras sean tan exitosas y que sea prácticamente imposible desengañar a los crédulos, cuando urge que la verdad sea conocida, ya que si el “Atila Macuspano”, se saliera con la suya, nos encadenaría a una terrible dictadura. Sabiamente Mark Twain dijo: “Es más fácil engañar a la gente, que convencerla que ha sido engañada”. Es triste ver que haya empresarios antipatriotas, estúpidos y cobardes, que, en su afán de ganar y cuidar sus pesos, apoyan al tirano y hacen negocios con él. No entienden, que como en Venezuela, luego les expropiarán sus bienes.
Es indignante ver que ver que, a pesar de que sobreabundan las pruebas de su destrucción, haya quienes le crean que estamos bien. Y los hay en todos los niveles, no solo entre aquellos que tienen pocos conocimientos y mucha pobreza. Incompresiblemente también hay profesionistas con doctorado, que creen las falsedades. Por algo declaró: “los pobres e ignorantes votan por nosotros”.
Claro que hay muchas formas de pensar y que tenemos libertad de votar hasta por nuestro verdugo. Pero lo ideal sería que los votantes estuvieran conscientes de que, con su voto, contribuyen en el malestar o bienestar familiar. Aunque el gobierno, no genera riqueza, juega un papel definitivo en el progreso o retraso nacional. Por eso, debe votarse con cierto conocimiento de la situación real y de los candidatos.
Los gobernantes deben ser unos facilitadores y quienes establezcan las más adecuadas y justas reglas del juego, ya que los hombres somos tremendos y nos da por abusar de los demás. Aunque las injusticias en un país próspero, son mucho menores, que en uno pobre y tiranizado.
Hoy estamos en un duelo mortal. De un lado se valen del poder, los recursos públicos, las mentiras, calumnias, amenazas y demás trampas, ilegales e inmorales, en las que no se descarta la represión y un golpe de estado. Por eso Manuel Andrés “Ortega”, está tratando de deshacerse de su opositora en forma vil. Ya hasta quieren demoler su casa, porque, “milagrosamente”, aparecieron “irregularidades”. Le van a revisar hasta la orientación de cada ladrillo. Invadieron su privacidad, con perversidad divulgaron dónde vive y dónde trabaja su familia, exponiéndolos a que algún fanático o un “enviado” los dañe. Es una vileza muy ruin.
En esto de la política, el mal mete mucho su cola. inspira enemistades irracionales entre conciudadanos, cargadas de rencor, muchas veces azuzados por algún contendiente. Lo cual puede desembocar en acciones violentas y criminales. Cuando esto se evitaría si valoráramos serena y racionalmente la situación. Basados en la realidad analizáramos con ecuanimidad a los candidatos, y aceptando con madurez las diferencias de criterios, obtendríamos mucho mejores resultados. Pero en esto, las tripas pesan más, impidiéndonos entender, que salvo algunos que tienen algún interés especial, todos queremos que triunfe el candidato mejor, para bien de todos. Pero esto, que es lo razonable, nos resulta imposible, ya que somos muy trabajosos y no entendemos. Xóchitl tan entiende esto, que busca la conciliación, inclusive habla de amor. No le tiene rencor, ni al pobre infeliz que la está atacando y se teme, que la quiera borrar del mapa.
Pero a pesar de que tendremos las elecciones más sucias y peligrosas desde que existe el INE, que vamos contra toda la maldad oficial y la no oficial; el fanatismo, tripas y violencia de algunos; unos padres que no reaccionan adecuadamente ante la agresión vil contra sus hijos y una multitud de obstáculos que se nos puedan presentar, a los cuales debemos enfrentar, confiando con esperanza que, aunque difícil, podemos salir victoriosos, ya que además de que entre Xóchitl y la sociedad están estableciendo un nexo cada día más fuerte y numeroso. Mientras ellos recurren al mal, nosotros podemos apelar al Cielo. Así que no importan sus maldades. Las podremos derrotar. Recordando que Albert Einstein dijo: “Aquellos que tienen el privilegio de saber, tienen la obligación de actuar”. Solo así podremos llegar juntos a buen puerto.