En estas trascendentes elecciones, el electorado coahuilense resultó aprobado y el mexiquense reprobado. Ante el hecho, de que quizá el país se encuentre, en el momento más crítico de su historia, no estuvieron a la altura. Este régimen “que no es igual” al de “antes”, prácticamente supera todos los récords negativos. Aumentó el número de pobres que dice amar y los niveles de corrupción que dice combatir. Promueve los muertos por violencia, la impunidad y la inseguridad. Llueven cataratas de mentiras descaradas. Como nunca, abundad parientes presidenciales enriqueciéndose cínicamente y muchísimos perjuicios más en pleno crecimiento. Pero lo más grave de esto, es que cada día estamos más cerca de las garras del imperialismo globalista que pretende implantar su gobierno mundial, con todo el horror que implica y que ya tiene sufriendo a cubanos, venezolanos, nicaragüenses, bolivianos y trae en jabón a varios países. Incluido México.
Quizá, Coahuila tuvo más suerte. Fueron cuatro candidatos, tres de la ideología maligna, que compitieron entre sí y un opositor decente con bastante aceptación y prestigio que se ganó el voto. Y aunque no abarrotaron las urnas, se presentó más de la mitad del electorado en favor de la democracia.
Para comprobarnos que el “Dedo Candidateador” no tiene buenas intenciones, ni para estos estados, ni para el país, impuso dos candidatos de los que juntos, no se hacía ni medio. Ambos impresentables para un puesto de tal impacto. No se diga con la que castigó a los apáticos mexiquenses. Una mujer totalmente ignorante, de muy pocas luces, inculta y más, pero “leal”. Dice ser maestra. Si en alguna ocasión estuvo al frente de un grupo, no es difícil que sus infelices alumnos, salieran más ignorantes que como entraron. Y como cereza del pastel, salió a la luz pública que es una rata, con más guardaditos por conocer. Una verdadera hija de la 4T.
Aunque no es parte de la Estafa Maestra, es una maestra que estafa. Posiblemente se trate de la peor candidata estatal de toda la historia. Seguimos rompiendo marcas. Y a pesar de que es pública y notoria su corrupción, hubo ciudadanos que voluntariamente votaron por “eso”. ¿Con qué autoridad moral el electorado podrá reclamar cuando mañana sufran sus maldades y abusos, si ellos, votando y no votando, así lo decidieron?
Para esta demoledora derrota hubo muchos factores. Obviamente, el fraude fue muy importante, aunque falta mucho por descubrir. Entre otras, sospechosamente hubo 73,400 cambios domiciliarios. El 52% fue de la CDMX y el resto de tres estados con gobernadores morenistas. Y todos, fueron a municipios morenistas. ¿Casualidad? No es posible saber cuántos votaron por miedo, comprados, coaccionados o por otras ilegalidades. Por sus antecedentes corruptos en Edomex, el PRI es marca chamuscada. (Hay quien diga que del Mazo negoció con sus cómplices del NeoPRI, (MORENA), y espera su embajada). Ale desperdició la magnífica oportunidad que la fortuna le brindó, al enfrentarla ante una pobre lacayuna oponente obscura y “rodeada” de corrupción. Todo un fabuloso tesoro tirado a la basura.
Al parecer también los candidatos y “preprecandidatos” opositores, como los “aspiracionistas” a dictadores marxistas, tienen su guía que les indica que hacer. Pero a esta se le olvidó que las ineptitudes, perversidades y corruptelas de gobernantes o candidatos adversarios, es un material de primera. Tanto para defender la patria, como para frenar la destrucción o al menos exhibir las maldades y que esto es un material excelente de campaña. Sobre todo, si son temas graves.
Vivimos en una democracia tan “democrática”, que a las delincuentes que nos impone el “Supremo Dedo Candidateador”, en lugar de encarcelarlas, las encumbramos para que nos gobiernen. Ahora, tendremos veintitrés estados gobernados por especímenes “cuatrotreros”. Una verdadera catástrofe.
Eran unas elecciones cruciales, no solo para los mexiquenses, sino para todos los mexicanos. Y el Partido Abstencionista con su “valemadrismo” antipatriótico, resultó triunfador absoluto. Obtuvo un triunfante 52% de “no votos”.
Se podrá argumentar que una candidata del PRI no es muy confiable. Que los partidos políticos están para llorar, pues andan en sus afanes personales y otros millones de razones semejantes. Pero lo que los filósofos del abstencionismo nunca entendieron, es que no era cuestión de partidos. Que era urgente evitar que, les impusieran una candidata nefasta. Pero optaron por no participar y por esto, tendrán una pesadilla durante seis años. Esto, nos “requetecomprueba” que el Dedo Supremo no quiere candidatos capaces y honestos. Por eso casi todos sus “dedoseñalados”, han resultado un doloroso perjuicio. Ahí están Veracruz y Morelos. Este NeoPRI, resultó mucho peor que el viejo. Ya empezó con las expropiaciones apoyadas en las armas. “Juzga” funcionarios sin que renuncien al hueso. Con su apatía, les concedieron más confianza para que incrementen sus perversidades. Así que, con su pan se lo coman. Lo doloroso es que nos convidaron a todos.
Ganaron “Ya Sabes Quien” y Delfina. Pero perdieron 17’000,000 de mexiquenses y más de 125’000,000 de mexicanos peligramos. Dicen que, si las catástrofes se aprovechan, son benéficas. Esta derrota que nos aplicaron los apátridas y, (como dijera Catón), “amátridas” del Edomex, nos confirma que todo el peso de lo que suceda en nuestra patria en el futuro, recae básicamente sobre los hombros de la sociedad consciente. Que, si a pesar de que realizó un gran esfuerzo para promover el voto liberador, no se logró mover ni el patriotismo, ni el sentido común de los electores, no significa que ya está derrotada, significa que tiene que echarle muchisísimas más ganas. Además, hay que considerar que el enemigo reforzará la furia y destructividad de sus ataques.
Es indispensable analizar concienzudamente y encontrar que se necesita hacer para que la gran mayoría entienda que la desgracia de Edomex es un simple “vagido”, comparado con lo que nos sucederá el 2024 si perdemos. No es por asustar. Pero todo indica que, si no reaccionamos con la fuerza necesaria, seremos la Nueva Venezuela Democrática del Norte.
Tenemos que derrotar al enemigo y a la indolencia, apatía, abulia, desinterés, pesimismo, ignorancia, resentimiento y demás cargas negativas que mueven a la inacción social. Ya pudimos comprobar en estas elecciones que no es nada fácil vencerlas. Necesitamos revisar bien nuestras estrategias.
Tal vez entre otras, necesitamos meterles un cuete por “allá” a los “preprecandidatos” para que reaccionen, tengan el valor, la estrategia y la categoría para encarar al Atila macuspano y nos demuestren que si corre sangre por sus venas, no atole. Exigirles a los partiditos que se dejen de estupideces. Se renueven, se den una limpiadita y se pongan a trabajar en lo que deben. Convencer a muchos que se afilien a organizaciones sociales patrióticas o que conformen nuevas. Hay demasiado quehacer. Necesitamos mucha prudencia, tolerancia y comprensión, pues hay muchas formas de pensar. Pero si nos mueve México y el sentido común, podremos limar diferencias, para conjuntar armoniosamente nuestros esfuerzos. Se sabe de organizaciones que tienen los mismos objetivos, pero que están enemistadas o no se llevan bien. Hay que llegarles a los jóvenes y hacerles entender que es su turno. Necesitamos recurrir al amor y rogarle a Dios con toda el alma que nos ayude, porque esta es una lucha que en el fondo están involucrados el bien y el mal.