Mucho se ha especulado sobre el posible impacto del nearshoring en la economía mexicana. No sería la primera vez que se tiene un fenómeno promisorio que lo resulta siendo menos. Este “momento México” es probablemente más fuerte que otros previos por varias razones: se origina fuera, del objetivo estructural de disminuir la exposición al riesgo chino de las principales economías e inversionistas del mundo. Encuentra a la economía mexicana en una posición más robusta al ya haber pagado el alto precio de la apertura en términos de reestructuración y cierres, tener una más sólida posición demográfica que permite aún el crecimiento de la oferta laboral, pero en mucho menor proporción a la fuerza laboral total, lo que redunda en mayor capacidad de ahorro y salarios crecientes y contar con empresas más competitivas.

Generalmente se apela a la inversión extranjera directa (IED) reportada para medir el impacto del nearshoring. Sin embargo, ésta es una pobre medida que no captura lo que está sucediendo, sobre todo en el corto plazo, por lo siguiente: en primer lugar, es una estadística administrativa autoreportada con importantes rezagos, en particular para nuevas inversiones. En segundo, su monto se refiere al componente de capital y no al valor total de los activos. Y en tercero y más importante para México, para el alto número de inversiones sujetas al régimen INMEX, se toma en cuenta el valor aduanero de cada pieza de maquinaria y equipo en lo individual y no el del conjunto, lo que tiende a subestimar el total. Más aún, el comportamiento de la IED no refleja los altos niveles de inversión alcanzados en las cifras de formación bruta de capital fijo y en su cociente como proporción del producto interno bruto que alcanzó un nivel récord en 2023, ni tampoco el dinamismo de la importación de bienes de capital.

Hay otros indicadores que mejor capturan la dimensión del nearshoringy con mayor oportunidad. El más obvio, la participación en las importaciones totales de Estados Unidos expresa la competitividad de las exportaciones en un mercado de alta competencia y permite un detallado análisis sectorial. Contra lo que la mayoría pensaba imposible, México es ahora el primer proveedor de ese país y representa ya el 15.9 por ciento de sus importaciones al mes de mayo 2024 (2.5 puntos porcentuales mayor a 2017), por delante de Canadá con 13.2 y China con 12.6. El pico canadiense fue de 19.6 en 1996, mientras que el chino de 21.6 en 2017. Con estas cifras se puede apreciar cómo México ha desplazado a sus dos principales competidores, imposible lograrlo sin fuertes incrementos en capacidad instalada.

Fuente: US Census
Fuente: US Census

Una segunda manera de entender el nearshoring es a través de la complejidad de las exportaciones de México comparada con otros países de América Latina y de Asia. Las siguientes dos gráficas muestran con claridad que México es la única economía latinoamericana con una estructura productiva similar a la de las asiáticas y, por lo tanto, candidata a jugar un papel central en nearshoring. Las otras latinoamericanas se especializan en materias primas como puede apreciarse por los colores de las gráficas.

Fuente: Atlas of Economic Complexity, Harvard University
Fuente: Atlas of Economic Complexity, Harvard University
Fuente: Atlas of Economic Compexity, Harvard University
Fuente: Atlas of Economic Compexity, Harvard University

Pero la mejor forma para contabilizar el avance del nearshoringconsiste en utilizar el cambio en el déficit comercial para cada país y por sector. En la medida en que se invierte en un país, o aun en algún estado, para surtir con bienes finales a Estados Unidos se genera un déficit comercial para este último. Si, por ejemplo, se instalare una planta en Texas, este estado tendría un superávit con respecto al resto. Si la inversión se realizare en algún estado de México el resultado sería similar. Por ello, el cambio en el déficit comercial de Estados Unidos es un buen indicador de la fortaleza del nearshoring. Si se compara su déficit comercial total entre 2017 y 2023 se puede observar un incremento de 271 mil millones de dólares, pero una reducción con respecto a China de 96 mil millones. Los países que mostraron un incremento más importante en su superávit comercial bilateral para esos años fueron México con 83 mil millones, Vietnam con 66 y Canadá 52 (por el incremento en el precio de las materias primas). De hecho, la dinámica de nearshoring puede comprenderse con mayor claridad si se grafica la participación en el déficit comercial de Estados Unidos por país como puede verse abajo. Se observa la reducción de la participación de China a 23.3 por ciento y el incremento de México en 6.2 puntos porcentuales para llegar a 15.1 y Vietnam en 5.7 para 10.2 por ciento. Así, los principales beneficiarios de la diversificación con respecto a China han sido México y Vietnam, en ese orden.

Fuente: USITC
Fuente: USITC

Finalmente, debe tomarse en cuenta que los déficit comerciales no son iguales. Cuando comercia con Asia, sobre todo China, Estados Unidos sirve como mercado final pero participa poco en las cadenas de valor. Cuando comercia con México y Canadá, por otro lado, lo hace como parte de las cadenas productivas y las importaciones que realiza incorporan un importante componente de contenido propio. Una manera más justa de medir el nearshoring consiste en corregir el tamaño del déficit comercial al dividirlo sobre las exportaciones de Estados Unidos a cada país. Este análisis también se puede hacer por sector para apreciar de mejor manera la integración productiva. La última gráfica muestra el déficit comercial de Estados Unidos dividido entre sus exportaciones a cada país. Puede apreciarse que con respecto a China llegó a representar hasta 3.5 veces y ahora ha disminuido a 1.76 veces, mientras que para con México el déficit representa ahora el 49 por ciento de sus exportaciones, cuando en 2017 el 29 y para con Canadá el 6.3 y 17.1 por ciento respectivamente. De esta manera se aprecia que el déficit comercial para con México y Canadá es el resultado normal de una integración regional cada vez más profunda.

Fuente: USITC
Fuente: USITC

De este análisis se puede concluir que hay ya una fuerte y notable presencia del nearshoring, que los principales beneficiarios han sido México y Vietnam, en ese orden, pero que con este último hay casi nula integración de Estados Unidos en las cadenas productivas. Sobra decir que el beneficio para la economía nacional podría ser mucho mayor si se implementaran las políticas adecuadas.

Una presentación en diapositivas de esta argumentación puede encontrarse .

@eledece

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