Qué cosa tan curiosa, tenemos a un presidente que se enoja con la oposición que, pánfila, invita al líder del partido ultraderechista español Vox , a quien tilda de fascista con aspiraciones de poder y él, por su lado, invita a un real fascista en el poder como Miguel Díaz-Canel .
-Lilly Téllez.
Por lo regular, quien dibuja a Cuba como una utopía socialista tiene características de argumentación anacrónica, nostálgica, resentida y, lo más interesante, no vive en la isla.
Aunque abundan los lamesuelas del imperio bananero del Caribe, la mayor parte del país se manifiesta con recelo frente a las filias comunistoides de la Cuarta Transformación .
No entiendo esa necedad de querer mostrar el cobre, ¿de verdad piensan que la mayoría del país aspiramos a un par de zapatos o a un tarjetón de ración de comida?, ¿de verdad creen que la mayoría quiere y sueña con una nación de un solo partido o de una sola ideología?, ¿sienten que Díaz-Canel les llevará nuevos votos?, ¿creen que Washington temblará de miedo frente a la presión mexicana por levantar un bloqueo inexistente?
Porque, el bloqueo existe solo en sus cabezas y en el discurso fascista de control que ejerce la dictadura de nuestro invitado de honor, Cuba obtiene lo poco que tiene de las empresas yanquis y si no quiere comercializar con el resto de los países en el globo no es por una decisión patriótica de resistencia, es, simplemente, porque no tiene dinero para hacerlo dada la política de suicidio económico a costa de su pueblo.
Cuba hoy por hoy, y me refiero a su gobierno, no es ejemplo de casi nada, tal vez de un sueño húmedo contra “el imperio” que desde hace mucho se secó, de una chaqueta mental, de un delirio onanista o de una crueldad.
Preocupa el afán de López Obrador por quedar bien frente a dictadores de la peor calaña , aquí nuestro presidente no es amigo del pueblo cubano sino del gobierno que lo ha condenado a una macilenta vida, que lo reprime con cárcel y torturas cuando la tripa le obliga a salir a las calles y protestar.
Díaz-Canel nos dará una lección de autoritarismo y represión frente a un auditorio que aplaudirá sus lugares comunes de anticapitalismo luciendo trajes de Hugo Boss y bolsas Gucci, con hijos que estudian en Estados Unidos o en Europa, aplaudirán el discurso socialista mientras acumulan millones en sus cuentas bancarias. Nada que nos sorprenda, a final de cuentas, hipócritas, políticos hipócritas de cuarta.
Usted, Díaz-Canel, es el invitado de honor del p residente López Obrador y de su régimen de estropicios.
Disfrute de la libertad que nuestra nación desborda, coma, beba y duerma a nuestras anchas, pero sepa bien que una gran parte del pueblo mexicano le repudia y desea que su dictadura, la de sus amos, viva su ocaso muy pronto y que la historia los juzgue con la severidad debida.
Coma y váyase.