Ayer, el periodista Óscar Balderas soltó una bomba informativa: de acuerdo a documentos a los que ha tenido acceso, existe una investigación radicada en Estados Unidos contra la senadora morenista por Tamaulipas, Olga Patricia Sosa Ruiz, por delitos relacionados al contrabando ilegal de combustible o huachicol fiscal y por algo aún más grave, financiar, con dinero sucio, campañas políticas en Estados Unidos.

Aparentemente, el dinero obtenido por el huachicol fiscal contrabandeado en Tamaulipas gracias a la red del Rey del Huachicol, Sergio Carmona, habría servido para apoyar y fortalecer las campañas de políticos en diversos condados de Texas a cambio de protección y contratos una vez ganados los cargos. De comprobarse las acusaciones, se designaría a los responsables como terroristas, la peor calaña criminal para Washington, y su destino podría ser muy similar al de Genaro García Luna o El Chapo Guzmán.

Incluso, de acuerdo a Balderas, la semana pasada, a manera de cortesía diplomática, habría llegado a Palacio Nacional una alerta de la Secretaría de Estado, comandada por Marco Rubio, advirtiendo de la inclusión de Sosa Ruiz como integrante de una lista de mexicanos en cargos públicos bajo investigación judicial estadounidense.

Hace unas semanas le conté en estas páginas sobre transacciones por más de 60 millones de pesos que tanto la tía como la madre de la legisladora realizaron con la venta de dólares a través de la ya casi desaparecida Vector Casa de Bolsa, presidida por Alfonso Romo y que también está sujeta a investigaciones del gobierno de Trump. Transacciones que Sosa justifica y minimiza como “una herencia”.

NBC News daba a conocer hace algunos días, con fuentes de alto nivel de inteligencia que incluyen a la CIA y el Joint Special Operations Command, que el Pentágono prepararía un plan de incursión terrestre para ataques directos contra los cárteles de la droga en México. Si bien la relación diplomática se encuentra hoy en un punto delicado pero de comunicación abierta, el reportaje señala que no se descarta una acción unilateral. Más claro: si deciden intervenir simplemente, no van a pedir permiso.

Personajes como el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya; el de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla; el de Tamaulipas, Américo Villareal, o la senadora Olga Patricia Sosa Ruiz, no ayudan en la narrativa del combate al narco y cooperación bilateral del gobierno de Sheinbaum; más bien la desmoronan.

Porque la narrativa de la 4T podrá decir misa, pero la percepción en Washington es que existe una importante red de políticos encumbrados y protegidos por el gobierno y que a su amparo han creado jugosos negocios con las mafias más peligrosas del crimen en México, consideradas terroristas por Estados Unidos.

En lugar de culpar al mensajero, como estoy seguro que lo harán, ¿porqué mejor no actúan en consecuencia del mensaje?

De Colofón.-

No tienen ni idea de lo que representa la Generación Z. Culpan a la derecha como si a la derecha de este país no se le ocurriera otra cosa que un nuevo logo. Los chavos no son el futuro, son el presente. Los chavos están enojados y quieren soluciones, no ideologías. No bastarán las becas del bienestar. No deberían de tener miedo, la GEN Z puede ser la generación más pragmática que ha existido.

@LuisCardenasMX

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