La casa de subastas Ansorena fundada en 1845, ubicada en la calle de Alcalá no. 52 en Madrid , tenía todo preparado para subastar los días 8 y 9 de abril los más de 900 lotes del catálogo 409. La exhibición de los enseres a remate estuvo abierta desde el 18 de marzo y una pintura, “Ecce Homo” –“La Coronación de Espinas” del círculo de José de Ribera “Lo Spagnoletto” (1591-1652), pintor de cámara del virreinato de Nápoles, con un precio de salida de 1,500 euros– estaba causando revuelo entre los conocedores de viejos maestros, coleccionistas, historiadores, anticuarios y público del mundo entero. Previo a la puja contaba con una cantidad muy importante de ofertas en ausencia y multitud de registros para participar, lo que hizo considerar a la empresa en retirar la pintura para revisar, comprobar y estudiar más a fondo de qué se trataba.
El lote número 229 aparecía en el catálogo de venta al lado de tres obras en la misma página, su descripción –círculo de José de Ribera (S. XVII), “La Coronación de Espinas”, óleo sobre lienzo, 111 x 86 cm, salida 1,500 euros (esta firma no proporciona estimados, sino precios de salida)– en la siguiente página junto con dos fotografías de otras pinturas más.
¿Michelangelo Merisi da Caravaggio?: "Ecce hommo - La coronación de espinas"
El día anterior a la almoneda, por consejo de expertos del Museo Nacional del Prado y de académicos independientes, el Gobierno Español , a través del Ministerio de Cultura, solicitó se detuviera el remate del “Ecce Homo”, tras de que surgieran dudas sobre si se trataba o no de una obra de la mano del propio Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610). En opinión de los especialistas hay suficiente evidencia estilística y documental. “La iluminación lateral muestra en forma parcial los rostros de las otras figuras que reflejan el realismo propio del maestro”, además de la maestría de la representación de la mano y la forma en que los dedos sujetan el manto y la vara.
María Cristina Terzaghi , experta y profesora de Historia del Arte en la Universidad de Roma, reconocida autoridad en el pintor tenebrista (hay menos de una docena de expertos en este creador barroco) viajó a Madrid para evaluar la obra, una vez revisada expresó su convicción de que era auténtica del artista, explica que “el manto púrpura con el que se viste Cristo tiene el mismo valor compositivo que el rojo de la Salomé del Museo del Prado” y que esta pieza guarda un vínculo profundo con sus primeras composiciones napolitanas tras ultimar a Ranunccio Tomassoni en 1606, por una discusión insulsa después de un partido de pallacorda (antecedente del tenis), encontrando santuario en Nápoles, el corazón de la costa amalfitana, bañado por el mar Tirreno, situado en el Golfo de Salerno, en la provincia de Campania.
Michelangelo Merisi da Caravaggio, Salomé con la cabeza de Juan el Bautista, óleo sobre tela, 116 cm x 140 cm
La experta italiana afirma que la obra lleva más de cuatro siglos en España y retrata el mismo tema ya fatigado por el pintor italiano. En inventarios del cardenal Massimo Massimi de 1605 y otro de la colección Juan de Lezcano de 1631 aparecen registros de un “Ecce Homo” por Caravaggio.
Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610)
El Ministerio de Cultura tuvo la precaución de suspender la venta del cuadro atribuido al “círculo de Ribera” para que al venderse no saliera del país, perdiendo así España una obra maestra del arte occidental. El que apareciera en una casa de subastas en Madrid y que la fotografía del catálogo prácticamente diera la vuelta al mundo y caído en manos de los más reconocidos expertos en “antiguos maestros” se lo debemos a la era del internet en la que todos estamos en red, comunicados en tiempo real, por lo que los catálogos de las casas subastadoras pueden ser revisados, y de hecho lo son, por legiones de interesados en los bienes culturales, coleccionistas, revendedores y estudiosos que visibilizan creaciones de esta trascendencia, impidiendo pasen desapercibidas y se oculten en el anonimato por otros cuatrocientos años, por ejemplo.
Si los análisis hechos a la pintura concluyen en la autoría de tan tremendo artista, y dependiendo si sus propietarios deciden venderla o conservarla, entonces el Estado Español podrá ejercer su “derecho al tanto”, es decir igualar la oferta de la subasta y conservar el bien en territorio ibérico. Por lo demás, si la pintura se atribuye incuestionablemente a Caravaggio, su precio podría alcanzar los 100 millones de libras esterlinas, es decir poco más de 130 millones de dólares. Cifra abrumadoramente superior a los ridículos 1,500 euros de precio de salida que marcaba el catálogo al atribuirlo al “círculo de José de Ribera”, el afamado “Spagnoletto” quien fuera el más aventajado discípulo en Roma de Michelangelo Merisi.
Desconocemos el desenlace de esta historia apasionante, digna de un “thriller”, pero lo que si podemos asegurar es que si no existiesen las operaciones de compra-venta auspiciadas por las casas de subastas, difícil cuando no imposible resultaría conocer de la existencia de maravillas como las de un Caravaggio desconocido.