Han pasado casi 20 años de un dominio absoluto de cuatro jugadores extraordinarios (ya saben quiénes), que ganaron —entre ellos— una cantidad impresionante de torneos de Grand Slam, Masters 1000, medallas olímpicas y reconocimientos por su indiscutible talento.
Serán recordados por su gran aportación a la historia del deporte en sí.
Hoy, la transformación y los cambios vienen de la mano, ya que —durante ese dominio de estos cuatro jugadores— se obstaculizó de manera natural el surgimiento de la generación inmediata, que no llegó tan fuerte (Alexander Zverev, Daniil Medvedev, Andrey Rublev, Taylor Fritz, Casper Rudd), hasta confirmarse la aparición espectacular de Carlos Alcaraz y Jannik Sinner.
Tanto el español como el italiano han empezado a generar una transformación y un cambio espectaculares, mientras que las mujeres han seguido los pasos de los hombres.
El tenista de hoy requiere entrenadores especializados y actualizados, con acertado manejo de torneos, para la obtención de puntos, y con un manejo quirúrgico del jugador, para colocar a su discípulo en el ranking internacional.
La cantidad impresionante de jugadores internacionales talentosos que surgen desde los 16 y 17 años, en varias partes del mundo, depende de sus actuaciones, que son derivadas de buenos entrenadores y equipo de trabajo.
En México, ahora hay torneos “Challengers”, organizados exitosamente por promotores y clubes independientes, como el Mexico City Open —en el Centro Deportivo Chapultepec—, que está cerca de llegar a ser un ATP 250, al igual del siempre tradicional y reconocido torneo de San Luis Potosí. También los de Morelos y Mérida; ambos, con potencial de crecer.
Estos torneos, desafortunadamente, son aprovechados principalmente por tenistas extranjeros, al no contar con mexicanos con suficientes puntos.
Por otro lado, la Federación Internacional de Tenis está volviendo a tener torneos juveniles y otros profesionales, con puntuación, en diversas ciudades de la República.
Sin olvidar que hay muchos otros torneos la misma semana alrededor del mundo, confirmándose la enorme competencia para que los jóvenes vayan escalando posiciones y puedan llegar —eventualmente— a las ligas mayores: ATP y WTA.
El cambio debe llegar algún día, con tantos eventos que se realizan, pero la realidad es que existen escasos “tenistas promesa”, lejos de confirmarse. Hasta ahora, sólo destacan jugadores mexicanos en dobles.
No olvidemos que la transformación de juveniles a profesionales es complicada y, desafortunadamente, las promesas se quedan y no avanzan.
