El tenis profesional abrió las puertas a Arabia Saudita, con un evento que construye una marca para que el mundo reconozca que los inversionistas de esa zona en el mundo están revolucionando el deporte.
Con esta fórmula, el Six Kings Slam ha reunido a seis grandes estrellas, que —con su presencia durante los tres días del evento— convirtieron una exhibición en una gran competencia. Primeramente, por el prestigio de los seis protagonistas, y segundo porque ninguno de ellos quiere perder.
Además, Jannik Sinner (campeón) y Carlos Alcaraz (finalista) son los dos mejores tenistas del momento, robándose el espectáculo.
Los eventos de exhibición están pasando a segundo plano, por el hecho de no ser una competencia, y en Riad convirtieron esa “exhibición” en muy atractivo evento, para poder demostrarle al mundo que las inversiones en el deporte que se realizan en Arabia Saudita tienen el firme propósito de elevar la competencia, compensar en demasía a los mejores del mundo y ponerlos a competir con bolsas fuera de lo acostumbrado, ya que entregan atractivos premios.
El italiano Sinner se llevó la mayor parte a casa, con 7.5 millones de dólares, y Alcaraz otra buena parte de lo otorgado.
La “exhibición” fue muy interesante, porque Alcaraz jugó contra Rafael Nadal; Novak Djokovic lo hizo ante Sinner, además de un memorable encuentro entre Nole y Nadal, recordando los inolvidables duelos entre estos dos gigantes del tenis. Quizá, la rivalidad más grande e interesante —hasta ahora— en la historia.
El calendario ATP y WTA es extenuante, sus protagonistas no descansan, aparecen las lesiones, la presión por los puntos es notable por los enfados y las reacciones negativas en la cancha, pero este tipo de eventos en Riad son un premio a los grandes protagonistas.