En el presente Abierto de Australia, llegan varias figuras del tenis de ambos sexos. Casi todos ellos entre 18 y 21 años de edad.
Jugadores que han surgido de los torneos juveniles, ITF y Challengers, obteniendo excelente adaptación en los certámenes profesionales, colocándose muchos de ellos ya entre los primeros 50 tenistas de la clasificación de la ATP y otros acercándose, escalando posiciones, reuniendo puntos y convirtiéndose en protagonistas a su corta edad.
Es complicado para los jóvenes hacer la transición de juveniles a profesionales.
Es todo un proceso y —desde luego— depende mucho del talento del jugador, de la buena dirección y planeación de sus entrenadores, porque sin eso muchos se van quedando en el camino.
Los NextGen —como se les conoce a estos jóvenes— son audaces, talentosos, disciplinados y cada año surgen nuevas caras, desplazando a tenistas consolidados en el circuito con base en triunfos en torneos estelares y pequeños, sumando puntos.
Esto sucede en mujeres y en hombres, pero se nota más en la rama masculina y —a medida que se instalan en posiciones estelares— embarnecen físicamente, crecen mentalmente, y los resultados empiezan a llegar.
En los hombres, destaca el brasileño Joao Fonseca, de apenas 18 años de edad, quien ganó el torneo final del NextGen, recientemente el Challenger en Canberra y ahora se acaba de clasificar al Australian Open para jugar contra un consagrado, como es Andrey Rublev.
El español Martín Landaluce (de 19 años de edad) ganando un Challenger en Italia. Los estadounidenses Nishesh Basavareddy, Alex Michelsen y Learner Tien; los franceses Luca Nardi, Mpetshi Perricard y Arthur Fils. Jakub Mensik, Juncheng Shang, varios italianos y no se diga de Carlos Alcaraz, de 21 años de edad.
En mujeres, la rusa Mirra Andreeva (de 17 años de edad) y la estadounidense Ashlyn Krueger, entre algunas otras, son las que destacan.
El Australian Open es el mejor aparador y una oportunidad dorada para los jóvenes, pero debe haber talento del jugador y buena dirección de sus entrenadores.
La competencia es feroz y cada año se suman más promesas, que son realidades a su corta edad.
Resultados normales hasta ahora en el primer torneo de Grand Slam en el año y seguramente tendremos sorpresas, pero hacia el final de esta semana, sin descartar a los jóvenes recién nombrados, quienes tienen hambre de triunfo.