Indian Wells, en ATP y WTA, confirma que el tenis —al ofrecer un dineral en premios, por lo regular para las y los mejor clasificados— está teniendo como resultado el surgimiento de nuevas figuras en las mujeres y los hombres.
Las tenistas de la WTA son cada día más competitivas. El público reacciona a lo atractivo de sus partidos, a la gran personalidad de las diferentes campeonas, como Aryna Sabalenka, Iga Swiatek, Madison Keys, Coco Gauff, y ahora se confirma la rusa Mirra Andreeva, de 17 años de edad, ubicándose entre las 10 mejores de la clasificación.
Lo interesante de las tenistas profesionales es que, además de estar muy bien preparadas física y mentalmente, son perseguidas por los grandes patrocinadores y promotores, que desean tenerlas en sus eventos a toda costa.
Las figuras del momento se manejan muy parecido a como lo hacen Jannik Sinner y Carlos Alcaraz, con entrenadores de élite, preparadores físicos, psicólogos, nutriólogos y modistas, que cuidan de estas magníficas atletas hasta en el último detalle de su ropa deportiva, sus peinados, su logística de viajes y torneos, pero también su manera de hablar, de actuar y de manejar sus cuentas de redes sociales.
La WTA por fin ha encontrado la fórmula para explotar al tenis femenino.
Hoy, las tenistas ofrecen grandes actuaciones, las rivalidades están más marcadas y la televisión, así como los medios de comunicación, invierten sus espacios con mayor cobertura.
En la ATP, Jannik Sinner es más número uno que antes de su suspensión por tres meses.
El italiano regresará en la primera semana de mayo para el Abierto de Roma.
Alexander Zverev y Carlos Alcaraz no han podido aprovechar, con puntos, la ausencia del pelirrojo italiano.
En los hombres, la competencia es feroz; por ahora, dominada por Sinner y Alcaraz, pero se acercan Jack Draper (verdugo del español en Indian Wells), Joao Fonseca, así como los jóvenes italianos, franceses, estadounidenses y latinoamericanos.
Por último, existe una evolución muy clara. Las y los tenistas talentosos invierten en entrenadores preparados y serios, que —por cierto— no hay muchos y los que hay son muy caros.
Las ganancias no son equitativas, causando deserciones por los altos costos que se requieren para mantener el ritmo del calendario de torneos, sin olvidar que se presentan lesiones.
La temporada que se avecina será intensa y veremos caras nuevas, de eso estamos seguros.