Las acciones son las que determinan si el camino que se ha tomado es o no el correcto. El informe del INEGI es clarísimo, vamos por el camino correcto, lo que se hizo se ha hecho bien y debe seguir de esa forma. La política social es sin duda uno de los mayores éxitos de la Cuarta Transformación porque ha logrado lo que por más de cinco sexenios parecía poco probable: una mejora visible en la vida de las personas.

Los datos dados a conocer por el INEGI son muy claros, entre 2018 y 2024, 13.4 millones de mexicanas y mexicanos salieron de la pobreza, mientras que 1.7 millones superaron la condición de pobreza extrema. Las personas en situación de pobreza en México pasaron de 51.9 millones en 2018 a 38.5 millones en 2024.

En 2024, a nivel nacional, el porcentaje de la población en pobreza multidimensional fue 29.6%, es decir, 3 de cada 10 personas se encontraban en esta situación, la cifra más baja en la historia desde que se mide. Las personas en condición de pobreza extrema fueron 8.7 millones en 2018, en 2024 se redujo a 3.8 millones de personas.

Según el INEGI, México tiene la menor desigualdad en la distribución del ingreso desde que se tiene registro. Con Calderón se sumaron 3.8 millones más de pobres. Con Peña Nieto se alcanzó el punto más alto de pobreza con una cifra arriba de los 51 millones.

Los números son contundentes, nadie los puede debatir, la pobre oposición ha intentado minimizar el logro diciendo que solo se trata de una inercia mundial, la recuperación de las economías están en ascenso, y sí, ciertamente hay algo de eso, pero no hay manera de dejar fuera la política social que se implementó desde 2018, es ahí donde está la mejor explicación.

Y es que la política social del ex presidente y la que está renovando la jefa del Ejecutivo, auténticamente cumple a cabalidad lo que esta debe ser, es decir, promover el bienestar general de la sociedad, abordando necesidades como la educación, salud, seguridad social y vivienda, en donde lo que se busca es reducir desigualdades y mejorar la calidad de vida de la gente, y aquí la formula esta compuesta por los programas sociales y el aumento al salario mínimo.

Los programas sociales han venido a ponerle a las y los mexicanos un piso más parejo, el cual les permite mejorar su nivel de vida porque de la docena y poco más de estos programas, combaten la desigualdad en distintos grupos vulnerables y contextos: personas adultas mayores, jovenes, niñas, niños y adolescentes, madres solteras, campesinos, emprendedores, etc.

El alza del salario mínimo, medida que hasta hace menos de 10 años los gobiernos neoliberales decían que causaría inflación, sin duda es uno de los mayores beneficios para que la pobreza se haya reducido. Resultados, no palabras, no promesas. Tener en el bolsillo 18 pesos en 1995 y en 2017 llegar a 80, no tiene parangón, y eso no necesita ser explicado, se siente.

Aunado a estas dos estrategias que dan como resultado una política social exitosa, también sin duda hay otras contribuciones que empujan los resultados que arroja el INEGI, y esas son la mejora de condiciones laborales como el retiro del outsourcing o la Ley Silla, y claro, proporcionar a las personas trabajadoras de plataformas digitales seguridad social, son acciones que siguen sumando.

Los resultados que la Cuarta Transformación esta entregando son contundentes, y a quienes formamos parte de este momento histórico nos toca continuar con esa tendencia, a la oposición…acostumbrarse al lugar en

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