Kamala Harris,

hija de padre jamaiquino y madre hindú, ambos pertenecientes a minorías en los Estados Unidos , se ha convertido en la primera mujer vicepresidenta de ese país, además de la primera persona afro descendiente y de ascendencia asiática en ocupar el segundo puesto político más importante de ese país. Muchas primeras veces que se suman a varias anteriores a lo largo de su carrera, donde también fue la primera mujer afrodescendiente en ocupar el cargo de fiscal general de California y senadora por ese mismo estado.

En su discurso del pasado domingo Kamala destacó la audacia de Joe Biden de romper una de las barreras más fuertes y elegir una mujer como vicepresidenta, y agregó “Si bien soy la primera mujer en ocupar este cargo, no seré la última, porque cada niña que nos esté viendo esta noche verá que este es un país de posibilidades”.

Justamente hay que pensar en lo que esto significa para todas esas niñas en Estados Unidos que crecerán con una mujer afrodescendiente como vicepresidenta de su país y no lo verán como algo excepcional. Ese es uno de los elementos importantes a los que nos referimos cuando reivindicamos la importancia de la representación. Que una niña afrodescendiente sepa que alguien como ella tiene la posibilidad de ser presidenta, vicepresidenta o lo que ella quiera. De hecho, la importancia de crecer viendo a una mujer en un puesto de poder no solo atañe a las niñas, también influye en la visión de los niños sobre un mundo incluyente, en acostumbrarse desde chicos a ver mujeres empoderadas, a tratarlas como sus pares, a no cosificarlas y a saber que éstas tienen sueños, expectativas y la misma capacidad que ellos para ocupar una posición no sólo en la política sino en cualquier ámbito profesional.

Eso, en buena medida, explica la lucha que las mujeres en México estamos dando desde distintas trincheras, colectivos, organizaciones, políticas, funcionarias, académicas, periodistas, ciudadanas, para que en las próximas elecciones los partidos cumplan con el principio de paridad y de las 15 gubernaturas que están en juego por lo menos en 7 u 8 de ellas impulsen candidatas mujeres.

El Consejo General del Instituto Nacional Electoral hizo su parte el viernes pasado aprobando los lineamientos que regulan esta obligación de paridad, que junto con los aprobados una semana antes para aterrizar la reforma en materia de violencia política por razón de género implican un paso histórico en la lucha política de las mujeres. El INE se ha convertido en un aliado del feminismo. Destaca el trabajo de la consejera Carla Humphrey desde la presidencia de la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación, quien impulsa el tema con la fuerza que sólo se tiene cuando en carne propia se han vivido los obstáculos de inequidad y discriminación en el desarrollo profesional.

El Senado de la República y el PAN presentaron recursos de apelación ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación contra dichos lineamientos, ambos argumentando que el INE se extralimitó, que carece de facultades para emitirlos y que pretende cambiar las reglas de forma extemporánea. Al respecto, un grupo de mujeres integrantes de diversos colectivos presentaremos argumentación jurídica en la figura de Amicus Curiae para dar argumentos a las autoridades judiciales y apoyar la decisión del INE de haber aprobado los lineamientos en mención. En esta lucha, como lo hemos demostrado muchas veces, estaremos unidas sin distingos de partidos ni ideologías y sin dar un paso atrás. Aquellos que lo entiendan y nos acompañen a romper barreras, seguramente, como Joe Biden, cosecharán las ventajas de hacerlo.

@lialimon
Consultora y directora de LIMA Diversidad e Inclusión

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