Desde 1987 celebramos cada 31 de mayo el Día Mundial sin Tabaco. Lo festejo particularmente este año, en que cumpliré 20 desde que dejé de fumar.
Justamente ese año, 2004, México se obligó a cumplir el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Control del Tabaco (CMCT), que entró en vigor el 27 de febrero 2005.
También en 2004, el gobierno mexicano, a través de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y el Consejo Nacional Contra las Adicciones (Conadic), firmó un convenio histórico con la industria tabacalera (British American Tobacco Mexico y Phillip Morris México), vigente hasta 2006, para “ampliar la regulación y la normatividad relativos a productos de tabaco”, tributación, libertad de comercio, publicidad, establecimiento de espacios libres de humo de tabaco, cabildeo y relaciones públicas.
En 2004 también, la Ciudad de México expidió su Ley de Protección a la Salud de los no Fumadores.
El 30 de mayo de 2008, se promulgó la Ley General para el Control del Tabaco, que en 2022 fue reformada para ampliar el concepto de espacios 100% libres de humo de tabaco también a sus “emisiones”, así como para añadir entre aquéllos, además de las escuelas, a los espacios de concurrencia colectiva, culturales, deportivos, artísticos y de entretenimiento, con o sin techo; lugares de trabajo, y transporte público, incluidas sus paradas, estaciones y terminales. Esa reforma también añadió obligaciones restrictivas en la publicidad del tabaco.
Según la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017, el 91.8% de las personas apoyan las medidas que restrinjan el consumo de productos del tabaco.
Actualmente, en México, 14.6 millones de personas adultas (15.6% del total) consumen productos de tabaco: 24.3% de la totalidad de los hombres y 7.4% de las mujeres. Sin embargo, la exposición a productos del tabaco tiene un radio de influencia mayor: 17.8% de las personas adultas están expuestas al humo del tabaco cuando visitan un restaurante, 70.3% cuando visitan un bar o discoteca y 11.4% cuando acuden a sus lugares de trabajo.
El consumo del tabaco es la causa de muerte de más de 8 millones de personas en el mundo, de las cuales 1.3 millones mueren por exposición al humo ambiental de tabaco, de acuerdo con la OMS, que sostiene que no hay un nivel de exposición al tabaco que no sea dañino.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en 2019, el subsector económico dedicada a la “preparación de alimentos y bebidas” generó ingresos por 440,984 millones de pesos, de los cuales la Ciudad de México obtuvo los mayores ingresos, con 82,190 millones de pesos. Ello, no obstante que desde 2004, se aplican las medidas que se han pretendido ejecutar en todo el país con las reformas de 2022 a la Ley General para el Control del Tabaco.
Desafortunadamente, existe una fuerte resistencia de una parte de la industria restaurantera para cumplir esa normativa, que ha quedado detallada en el Reglamento de la Ley. Hace unos días, la Suprema Corte les dio la razón para no acatar la separación de una zona exclusiva para fumar en un área externa. No es una buena noticia para la lucha contra el tabaquismo que hoy celebramos.