50 años de cárcel. A Héctor, Gonzalo y Juan Luis les dictaron esta sentencia un sombrío 11 de diciembre de 2018. Un accidente de tránsito menor derivó en una falsa acusación de tentativa de secuestro teniendo como única “prueba” el dicho de la supuesta víctima. Fueron condenados a 3 años de cárcel en Macuspana, Tabasco. El tribunal de apelación les elevó la pena a 50 años, pasando por alto su tortura y las violaciones graves ocurridas en su proceso. Su caso saltó a la atención nacional cuando Netflix sacó su historia en la serie Duda Razonable. Este 8 de diciembre del 2022, la Suprema Corte de Justicia les salvó la vida, ordenando su libertad inmediata.

El pleno de la Corte votó unánimemente por liberarlos. Pero los ministros llegaron a esa conclusión por razones diferentes.

El ministro Gutiérrez Ortiz Mena, presentó un proyecto de sentencia con múltiples vetas de argumentación. Los ministros podían votar en favor de los absolutos mínimos, o bien, privilegiar interpretaciones que amplían sustancialmente derechos. Ofreció una especie de buffet donde todos podían comer en el mismo lugar eligiendo un platillo particular. Por ello, observamos una sentencia que se votó unánimemente bajo argumentos divididos, provocando la curiosa situación de acuerdo y desacuerdo simultáneo con el proyecto.

En el tema medular, se ventilaron al menos dos opciones: reducir la pena a los tres años originalmente impuestos por el Tribunal de Juicio Oral, algo que le devolvería la libertad a los acusados pero los dejaría culpables. Una segunda opción planteó su absolución sobre la base de la franca violación a su presunción de inocencia.

Por ejemplo, el ministro Pérez Dayán se dijo convencido de que “cuando el sentenciado no promueve una apelación, pero sí lo hace su contraparte y esto culmina con una sentencia más elevada, en el juicio de amparo sólo se podrá analizar el tema propio de la cuantificación de la pena.”

El ministro Zaldívar en línea con la postura más ambiciosa del ministro Gutiérrez, se pronunció por la segunda opción diciendo: “Este tribunal no se puede conformar con invalidar la pena y que estos tres jóvenes salgan con una marca de culpabilidad cuando no hay una sola prueba de la cual se pueda desprender que son responsables de este supuesto delito.”

El debate ocurrido en la Corte no es menor. Como lo dijo el ministro González Alcántara “este asunto es muy susceptible de establecer un precedente muy relevante para casos futuros”. De ahí que la discusión durara tres días.

Lo que para todos fue claro, es que la Fiscalía de Tabasco faltó a su deber de investigar. La ministra Ortiz Ahlf calificó el caso como una “abierta injusticia.” Por su parte, la ministra Esquivel Mossa propuso informar a las autoridades “para que se abran las indagatorias y carpetas de investigación correspondientes a fin de esclarecer las posibles responsabilidades administrativas y penales”.

Soy, junto con Issa Guerra y Roberto Hernández, una de las productoras de Duda Razonable. Cuando la Suprema Corte aceptó conocer del caso, nos dio esperanza que pudiera hacerse justicia para Gonzalo, Juan Luis y Héctor y para otros casos similares. La decisión de la Corte es un primer paso en ese sentido. No sabemos hoy, por ejemplo, qué pasará en casos futuros donde el Ministerio Público es el único apelante, la sentencia de apelación eleva la pena y ocasiona peores injusticias.

Los alcances de la decisión de la Suprema Corte quedarán más claros una vez que el ministro Gutiérrez redacte una nueva propuesta con los platillos que los ministros eligieron en este extraño banquete.

Investigadora en justicia penal.
@LaydaNegrete




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