Con todo y la desaceleración económica como telón de fondo y las marchas de los trabajadores del poder judicial levantando pancartas y gritando consignas como “juez votado, peso devaluado”, desde gayola afuera de Palacio Nacional, Claudia Sheinbaum salió victoriosa y aplaudida en el primer acto de su presidencia con los empresarios. Se trató del CEO Dialogue, que se lleva a cabo desde 2013, y que fue instaurado por la Cámara de Comercio de Estados Unidos y el Consejo Coordinador Empresarial. Más de 240 líderes presentes que han visto con ojos color de dólar la amabilidad de la presidenta, comparada con su antecesor, y la contundencia de Marcelo Ebrard, secretario de Economía, quien anunció un conservador cálculo de 20 mil millones de dólares en inversión para el siguiente año, como antesala a la revisión del TMEC.
Entre los temas prioritarios de este evento se encuentran la inversión, la facilitación y política comercial, y el cambio climático. Sin duda relevantes. La sugerencia aquí y ahora es que los señoros empresarios verdaderamente se empiecen a ocupar por cerrar la brecha de género en temas de oportunidad para las líderes mujeres. Mucho corbatudo y contados tacones altos se observaron en esta reunión, por explicarlo de la manera en que estos señoros lo puedan entender.
La presidenta Sheinbaum ha enviado hace unos días al Senado una serie de iniciativas en temas de género para la igualdad sustantiva, y entre ellas se incluye medir la brecha de ingresos entre hombres y mujeres dentro de las organizaciones, así como la de transitar hacia el trabajo flexible en el sector público y privado. Y aunque falte precisión a estas iniciativas, los empresarios, particularmente los relacionados con Estados Unidos, quien lleva ventaja por al menos una década en temas de igualdad e inclusión en las empresas, entienden perfecto lo que se está buscando solucionar. Para el patriarcado es muy fácil rebatir las cuotas, pero es la manera en que más rápido llegaremos a la igualdad. Y aun si no quisieran ceder de esta manera, hay otras formas de abrir las puertas a que haya más mujeres en los puestos de decisión más altos. Que se transparenten los métodos de selección, o que se abran las puertas a los puestos que encaminan al de CEO (direcciones generales, finanzas y jurídico) porque según el IMCO, solo 13% de estas posiciones está actualmente ocupada por mujeres. Esto en el caso de su análisis de 200 empresas que cotizan en bolsa, Mujeres en las Empresas 2023. Aquí una nueva consigna: Empresario que no sea aliado se convertirá en un apestado. Y para muestra otro botón: en la lista de los 100 Empresarios más importantes de México, publicada por la revista Expansión, solo existen diez mujeres. La primera aparece en el lugar 16. Y de esas diez, la mayoría son herederas de las empresas familiares. Sin quitarles un ápice de su talento y su esfuerzo, el comentario acá va sobre las verdaderas oportunidades que las mujeres tienen para convertirse en CEO’s o empresarias en México. La primera responsabilidad de que esto cambie es sin duda de los señoros, los que fueron a Palacio Nacional y los otros de los otros consejos y cámaras. Ahora, la presidenta bien podría presionarlos, y además de sus iniciativas, en su narrativa. Y ellos bien podrían mucho hacerle caso, porque ya van tarde. ¿O qué? ¿Todavía dudan de que una mujer pueda ser una gran líder?