Cuántos foros, cuántas conferencias, cuántos grupos de mujeres empresarias, legisladoras, feministas esforzándose. Cuántas conversaciones en y entre esos grupos existen. Me da la impresión desde el año pasado, quizás un poco más, que esas conversaciones están estancadas. Es más difícil continuar una revolución que empezarla. Y esta revolución en la que hemos sentido que no habrá marcha atrás, en México está estancada. Más allá de partirse en mil pedazos, que era previsible porque el feminismo no es uno sino muchos dada la interseccionalidad, dado el porcentaje de la población que las mujeres representamos, hoy, según los datos del Global Gender Gap Report del World Economic Forum, el país presenta algunos avances y algunos retrocesos, pero más que nada, presenta estancamientos.

Y ante el estancamiento, nos podremos dar un respiro en la lucha, pero que sea profundo y energizante, porque en breve la velocidad a la que cambiará el mundo bajo la inteligencia artificial, nos ofrecerá menos tregua. Esa inteligencia artificial actuará conforme la hayamos entrenado. Hoy en día, casi la mitad de la población en el mundo piensa que los hombres son mejores líderes políticos que las mujeres, y 43% piensa que los hombres son mejores ejecutivos y empresarios que las mujeres. Esto según The Gender Social Norms Index que publica el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, y que mide cómo las creencias sociales obstruyen la igualdad de género en áreas como la política, el trabajo y la educación.

A este sexenio le falta poco, y mientras se habla de suerte o de acciones positivas en favor de la economía y de sistemas de salud como Dinamarca, a las mujeres en México no nos toca igual. Ni a los hombres, no se vayan a creer. Pero enfocándonos en temas de igualdad sustantiva, si vemos de lejos el reporte del WEF que comenzó a publicarse año con año desde 2006, tenemos que el país ha cerrado la brecha de género. En aquel entonces estábamos en el lugar 75 y hoy en el 33. Sin embargo, si vamos a los detalles, nos damos cuenta que este sexenio no ha sido particularmente a favor de las mujeres. Estar estancado es no avanzar. Estar estancando, mientras avanza el mundo digital a pasos agigantados, es retroceder.

Aunque México mejoró en su calificación de 0.721 en 2018 a 0.765 en 2023 (la máxima es 1), retrocedió dos posiciones en el ranking, del 31 al 33, de 146 países analizados. Esto quiere decir que llevamos un ritmo más lento en la cierra de la brecha que el resto de los países.

El reporte analiza cuatro rubros. En el de Participación Económica y Oportunidades es donde más cojeamos. Se mejoró también la calificación (de 0.721 a 0.765) pero llevamos estancados todo el sexenio en cuanto a la participación laboral. Y de hecho hay un retroceso frente a la calificación que se obtuvo en 2012 en paridad salarial. Esto previo a la pandemia también, para no andar culpando al virus.

También se puede observar un retroceso en las tazas de alfabetización. Presumimos y está bien, que completamos la paridad en escolaridad primaria, secundaria y preparatoria, sin embargo, caemos en el ritmo en el que somos capaces de alfabetizar a los más pobres. En 2012 logramos la posición 75 y para este año caímos a la 82. ¿Primero los pobres? No. Nuestro avance es menor que en otros países.

En cuestión de las variables en salud que mide el reporte, que son las más básicas, tampoco avanzamos para cerrar la brecha de género. En 2023, estamos prácticamente igual que en 2012 y que en 2018 en cuanto a esperanza de vida saludable.

Y finalmente, somos de avanzada con el Congreso paritario, y si bien el esfuerzo de los grupos feministas mixtos de las legisladoras ha demostrado fuerza para implementar algunas políticas públicas, y hay que reconocerlo, aun no es suficiente. Esa paridad debería estar moviendo los otros indicadores, y no ha sido así. Ese Congreso paritario que comenzó en 2018 necesita no más mujeres, no se podrá tener más mujeres, sino más intención y audacia. Y dado que México no ha tenido una jefa de Estado mujer, la calificación acá es cero, y en el ranking caímos de la posición 58 en 2006 a la 80 este año. Lo que refleja que en otros países sí se ha logrado que una mujer suba al puesto público más importante.

Haciendo un zoom out, la igualdad de género se ha ralentizado en México y el mundo. Hoy serían 131 años para alcanzarla. Islandia sigue siendo el país con mayor igualdad de género, seguido de Noruega, Finlandia, Nueva Zelanda y Suecia.

La pregunta es ¿cómo desatoramos la revolución feminista? El sistema nacional de cuidados, responden muchas.

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