El 17 de abril, Marlon Botas Fuentes visitó en Boca del Río, Veracruz, a su novia Monserrat Bendimes de 20 años de edad, tras volver de vacunarse en Houston con su familia. Por algún motivo, el resultado de esa visita fue una golpiza en la que Monse sufrió fractura de cráneo, cuello, brazo y un traumatismo craneoencefálico que culminó en muerte cerebral, por lo que el 23 de abril fue desconectada y declarada muerta. Muerta por tener un novio violento y cobarde. Muerta porque los papás de ese novio violento y cobarde decidieron llevarla al hospital, agravando sus lesiones, en lugar de hacer lo correcto y llamar una ambulancia.
¿Qué lleva a un hombre a agredir de tan brutal manera a la mujer que supuestamente ama? ¿Es crianza? ¿Es algún desorden mental? Algunos allegados al joven aseguran que era un buen muchacho. Lo que sí está claro es que no hay acción o comportamiento que Monse pudiera cometer o palabra que pudiera decir, que justifique o explique el que alguien y en particular su novio, la atacara de esa manera.
Sabemos poco de la familia de Marlon, sus padres, Jorge Ignacio Botas Jiménez y Angélica Fuentes son pequeños empresarios, dueños de taquerías(Rosso) y un negocio de agua. La pregunta que todos nos hacemos es ya no el cliché de qué clase de padres crían hijos así porque está visto que la violencia desbordada de los hijos no siempre tiene que ver con los padres. En este caso, ¿qué clase de padres esconden y protegen a un hijo que es capaz de golpear a alguien tan brutalmente? Al enterarse que las acciones de su hijo resultaron en la muerte de Monse, ¿por qué no lo entregaron? ¿No creen que merece afrontar las consecuencias de sus acciones? ¿Pretenden esconderlo cuánto tiempo? ¿El suficiente para que tenga otra novia a ver si también la muele a golpes y la deje en coma? Eso no es amor filial, es comportamiento criminal. Y no un solo ser criminal sino una familia criminal.
"Mi hermana te amaba y tú la mataste, ustedes dijeron que la querían como una hija y la mataron, les prometo a los tres que se nos puede acabar el mundo pero los vamos a encontrar por Monse, es una promesa", escribió hace unos días desde su cuenta de Twitter, Ilse Bendimes.
¿Qué clase de vecinos o conocidos también esconden a una familia a pesar de todo lo que se conoce ya de la violencia?
Veracruz ha destacado en los últimos años en cifras de feminicidios a nivel nacional. Según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública el estado en 2020 ocupó el segundo lugar, con 84 carpetas de investigación, solo detrás del Estado de México.
La sociedad incongruente que condena pero por otro lado niega y solapa, es una sociedad que jamás avanzará, una hipócrita de medias tintas, incapaz de reconocerse en sus lados más oscuros. Y luego súmele usted la oscuridad del sistema judicial, absolutamente ineficiente. ¿Qué nos deja a las mujeres? Casos similares son miles.
Más datos: marzo pasado fue el más letal para las mujeres desde 2015, pues se registraron 359 asesinatos de mujeres en todo el país, de los cuales por lo menos 92 cumplieron con las características para ser considerados como feminicidios.
¿Qué lleva a un hombre a agredir de tan brutal manera a la mujer que supuestamente ama? Volvemos a comprobar que entre más libertad e independiencia buscamos las mujeres, más amenazados se sienten los hombres. Solapados también no solo por sus familias sino por el Estado que defiende a ultranza a un presunto violador o que minimiza una y otra vez desde Palacio Nacional, la violencia que vivimos no todos los días en este país. Hipócrita el gobierno, hipócrita la sociedad. ¿Qué esperábamos?
En un estudio de la Universidad de Cincinnati sobre 32 casos de violencia familiar resultantes en homicidio, se detectó en el 96% de ellos alguno de estos predictores de muerte en la relación:
Abuso animal – 8%
Abuso infantil – 33%
Historia criminal – 46%
Abuso en aumento – 56%
Compra de un arma por el perpetrador – 29%
Enfermedad mental del perpetrador – 31%
Lesión seria previa – 23%
Cargo previo por violencia doméstica – 36%
Daño a propiedades de la víctima – 23%
Separación – 83%
Abuso sexual – 21%
Stalking o acoso apremiante – 50%
Estrangulamiento – 29%
Abuso de sustancias – 68%
Amenazas de muerte – 43%
Amenazas de suicidio – 33%
Amenazas con armas – 25%
Violación de orden de restricción – 23%
En caso de sufrir cualquier tipo de violencia llama al 911. Si no la sufres pero eres testigo de cualquier forma de violencia, denuncia también pues muchas víctimas no tienen acceso ni al teléfono ni a internet dentro de sus casas.