Mujeres machistas serán todas aquellas que voten a favor de los machistas, hagan caso omiso o guarden silencio ante el actuar de los machistas. Mujeres machistas serán todas aquellas procedan como machistas. Las mujeres blancas en Estados Unidos han votado, en su mayoría, a favor del patriarcado. A pesar de toda la actividad de los movimientos feministas durante los últimos años. A pesar de las explicaciones y la concientización sobre cómo el sistema limita a las mujeres, y de cómo no respeta los derechos humanos. A pesar de la exhibición sin tregua de la violencia. A pesar de cientos de miles de historias del #MeToo. A pesar de todas las marchas. A pesar quizás también de los abusos sobre ellas mismas.

Según las encuestas de salida de Edison Research, el 55% de las mujeres blancas en Estados Unidos votó por Trump. No la mitad, más de la mitad votó a favor de que la encarnación de la supremacía blanca repitiera periodo presidencial en el país más democrático que hemos conocido. Y si hace cuatro años a estas mujeres blancas las sesgó su sexismo, y se negaron a votar por una mujer (Hillary Clinton), ¿qué podemos entender si esta vez tenían como opción a dos hombres blancos casi de la misma edad? Resultó que ese 55 representa dos puntos más que en 2016. Esto es que el porcentaje aumentó. Esto es que más mujeres blancas votaron por Trump este año que hace cuatro. Lo repito de varias maneras para que nos quede claro.

Esto es que a las mujeres blancas en Estados Unidos les importa conservar su privilegio o lo que ellas creen que es su privilegio, a costa de otras mujeres, a costa de la brecha salarial, a costa del acoso y de los abusos sexuales, a costa de que se diga que no pueden decidir sobre su cuerpo, a costa de la disparidad en salud, educación, oportunidades, derechos.

Entonces el feminismo tiene un problema entre sus filas. Las falsas feministas, diría una amiga. Para las mujeres blancas, los problemas radican solo en sus necesidades de clase media. Las falsas feministas son la perpetuación de la supremacía blanca. Las falsas feministas son las que traicionan a su clan, las que traicionan a las mujeres, y se traicionan a sí mismas porque no ven más allá de lo suyo, siendo que lo otro, el otro, también es suyo, y sus males tendrán consecuencias en lo propio. Los norteamericanos habrán echado a Trump pero se han quedado con el enemigo en casa, con millones de mujeres blancas que van en contra de las mujeres. “La democracia no está garantizada”, enunció bien Kamala Harris en su discurso.

Así que, mujeres mexicanas que creemos tener una oportunidad histórica, una revolución echada a andar, quizás tenemos a desleales entre nuestras filas. Quizás nos tenemos que dar cuenta que la clase y el privilegio están sobre el género o el color de piel. Todas aquellas mujeres de clase media a quienes no les importan los feminicidios, quienes critican las pintas, quienes pasan de largo las noticias cuando se habla de abusos a indígenas, cuando no conectan con la discriminación, cuando no distinguen o les importa un comino su clasismo, las que pertenecen al sistema patriarcal o al propio gobierno patriarcal, y guardan silencio ante su jefe y proceden machistas. Esas que prefieren seguir viviendo en su privilegio, en su zona de confort, en su mantener el status quo. Mujeres machistas serán todas aquellas mexicanas que no velen por todos los derechos de todas las mujeres y cobijen de cualquier forma el patriarcado.

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