Una serie de “buenas noticias” se dejaron saber durante los primeros meses de la pandemia, cuando el gobierno accionó la importación de ventiladores a México. Esto para atender los casos más graves de SARS-Cov2 o los casos que así lo requirieran. Se supo, desde el principio de la pandemia que los ventiladores son aparatos que requieren especial atención y que no cualquier médico puede o sabe manejarlos. Se supo que el manejo de estos complejos aparatos es una tarea delicada que requiere mucho tiempo y que requiere que los cuidadores controlen y ajusten la cantidad de oxígeno que recibe el paciente de manera constante, así como la presión en los pulmones y el tiempo entre respiraciones.
De hecho, los primeros reportes desde Wuhan, revelaban una alta mortandad a los pacientes que llegaban a requerirlos. Se registró un número alrededor del 80% (Lancet Respiratory Medicine). Se trataba de una nueva enfermedad y poco se conocía entonces lo que hoy sabemos de ella. En China, Italia y la ciudad de Nueva York se conocieron muchos casos de pacientes intubados desde la sala de emergencia en lugar de la sala de cuidados intensivos, donde habría mayor atención al paciente. Por otro lado, los espacios de cuidados intensivos no eran suficientes en los hospitales de Italia. Todos estos factores evidentemente afectaron la mortandad en general de los enfermos con Covid-19, intubados o no. Todo esto para México, país donde la epidemia llegó tiempo después, significaba aprendizaje. Sin embargo, por el porcentaje de letalidad, sobre todo en hospitales del Seguro Social, parece que no fue así.
A medida que pasó el tiempo, nuevos reportes internacionales dieron a conocer que el porcentaje de muertes en pacientes que pasaron por los ventiladores era mucho menor al registrado en un inicio. Northwell Health, uno de los dos sistemas médicos más grandes de Nueva York, pasó de una letalidad de 88% a 25% semanas más tarde. Ponga ud. atención: semanas. Por su parte, la revista Critical Care Medicine, publicó en mayo pasado que un grupo de médicos del Emory University School of Medicin encontró que solo el 35% de los pacientes con Covid-19 que requirieron ventiladores murieron, un porcentaje mucho más bajo que los primeros informes que rondaban el 80%. Y entonces las buenas noticias versaban sobre la sobreviviencia de los pacientes intubados.
En México, las buenas noticias se quedaron en la importación de los ventiladores. El IMSS, la organización que registra el mayor porcentaje de letalidad del país (como lo expusimos en este espacio en agosto pasado), presenta (al 14 de septiembre) una mortalidad del 87% en las personas intubadas.
Explico. A partir de los datos obtenidos por Transparencia,
el IMSS reportó haber atendido en sus unidades 204,033 casos positivos de Covid-19. De estos, 127,809 fueron reportados como ambulatorios, por lo que su seguimiento se dio en su casa. De esos ambulatorios que regresaron a casa, 4,035 murieron. Sí, como lo lee y probablemente lo sabe usted.
Por otro lado, del total de casos positivos atendidos en el IMSS, 76,223 fueron hospitalizados, y de estos murieron 35,867. Esto es un 47% de los pacientes hospitalizados en el Seguro Social han muerto.
Y finalmente, del total de los pacientes hospitalizados, 16,536 fueron intubados, y de éstos, 14,396 fallecieron. O sea, casi 9 de cada diez están muriendo tras la intubación en el Seguro Social.
Con esto, entendemos que esta letalidad en México que supera el 10% frente al 3.7% del promedio mundial, en mucha parte le corresponde al IMSS y al ISSSTE, y en mucha parte al mal uso de los ventiladores porque el personal médico (que por cierto, se está muriendo por Covid-19 más que en ningún otro lugar del mundo) no está capacitado.
¿Qué ventaja nos dio que la pandemia llegara meses después a México? ¿Qué ventaja dio la compra de ventiladores con tanta algarabía si no se iba a capacitar a quien los controlara? ¿Qué ventaja económica fue esta de gastar en ventiladores y no en pruebas? ¿Qué ventaja supuso la no saturación de los hospitales? ¿Qué cuento nos trae el politizado doctor López Gatell con eso de la mortandad por culpa de la obesidad y la diabetes? Estados Unidos presenta, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (2020), un 36.2% de obesidad en su población adulta, mientras que México presenta un 28.9%. Y, según la Federación Internacional de Diabetes (2019), el 13% de la población mexicana, entre 20 y 79 años de edad, padece diabetes, frente al 10.8% de la norteamericana. ¿Por qué los norteamericanos reportan un 25% de letalidad entre los pacientes intubados y el IMSS 87%? ¿Qué le pasa a este gobierno y su circo frente a las muertes? ¿Qué vamos a hacer cuando vengan los rebrotes? Más circo, ha de pensar el virrey López Gatell.





