Los resultados de la medición de la Pobreza Multidimensional realizada por primera vez por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), muestran algunas tendencias interesantes a ser analizadas.
Es bueno recordar que la pobreza multidimensional abarca dos conceptos básicos: ingresos insuficientes para garantizar la satisfacción de necesidades mínimas y la falta de al menos uno de los llamados derechos sociales: rezago educativo; carencia por acceso a los servicios de salud; de seguridad social; de calidad de espacios de vivienda; de servicios básicos de salud y carencia de alimentación nutritiva y de calidad.
La medición demuestra que de 2018 a 2024, el porcentaje de la población en esta condición bajó a nivel nacional de 41.9% a 29.6%; lo que equivale a 13.7 millones de personas. En relación con la pobreza multidimensional extrema la disminución fue menor de 1.7 millones de personas, pero también disminuyó y prácticamente en 13 estados ha sido prácticamente erradicada.
El primer resultado está ahí, una disminución de la pobreza en todas sus definiciones. Está claro que el incremento de los salarios (el salario mínimo se duplicó y triplicó en la frontera norte) aunado a los apoyos sociales son las causas de este decremento.
Sin embargo, las brechas entre rural-urbano y Norte-Sur siguen existiendo. En el primer caso es de: 45.8% de la población en pobreza, en el ámbito rural, versus 25% en el urbano. En tanto Baja California, Baja California Sur y Nuevo León son los estados con menor pobreza multidimensional con 9.2%, 10.2% y 10.6%, respectivamente, Chiapas es el mayor con dos terceras partes de su población en esta condición. Estas cifras muestran la gran dualidad aún existente en el país.
Otro hallazgo de 2018 a 2024 es que hubo reducción en 5 de las 6 carencias sociales; esto es, la que se elevó fue la de acceso de servicios de salud.
El aumento de la población sin acceso a servicios de salud en el periodo 2018-2024, pone de manifiesto la gran problemática que hoy afecta al sistema de salud en México. Falta de médicos, infraestructura deficiente e insuficiente; así como desabasto de medicamentos, particularmente oncológicos, son manifestaciones de esta situación. La desafortunada desaparición del Seguro Popular, seguido de la creación y posterior desarticulación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi); así como el fiasco de la Mega Farmacias del Bienestar, no solo han significado enormes recursos desperdiciados, pero también la magra cobertura de un satisfactor básico, particularmente a las personas con menores ingresos. El organismo creado, IMSS Bienestar, al menos hasta ahora no ha tenido el impacto esperado y sin duda presenta un gran desafío. En 2024 el porcentaje de la población con esta carencia fue de 34.7% o sea 44.5 millones de personas. El caso más dramático es Chiapas, el estado más pobre, con 63% de su población, realmente no goza de este derecho social.
Esta situación, no es menor, una población que no tiene garantizado el acceso a medicamentos y atención médica, es una población vulnerable. Una población enferma es menos productiva, pero también una población que envejece, sin un sistema de prevención y protección se vuelve muy onerosa y de presión a las finanzas públicas.
Las estadísticas muestran que entre 2018-2024 el número de personas que se atienden en una clínica de salud pública ha disminuido recurriendo más a servicios privados, cuando antes era lo contrario. Esto es consistente por lo reflejado en la ENIGH, que muestra cómo el gasto en salud en los hogares se mantiene al alza.
La pobreza es un fenómeno multidimensional: el número de pobres es parte de su medición, como lo es la disminución de factores que derivan en su incidencia.
Enhorabuena por la reducción de la pobreza, alerta por las condiciones que la generan y el ritmo del avance que es muy desigual. Más aún cuando será muy difícil igualar los aumentos en los salarios mínimos como en años anteriores, y peor aún con un crecimiento muy magro previsto. Y un mayor avance en la pobreza extrema, sin duda, requiere mayor focalización.
Catedrática del Centro de Alta Dirección en Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México