Este mes, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) celebran el décimo aniversario del Centro de Excelencia para Información Estadística de Gobierno, Seguridad Pública, Victimización y Justicia (CdE), una asociación digna de las alianzas de que habla la Agenda 2030.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 17: Alianzas para lograr los Objetivos, incita la colaboración del sector privado, sociedad civil, academia, gobiernos, y las Naciones Unidas como motores del desarrollo, definiendo metas como Datos, Vigilancia y Rendición de Cuentas:
- Mejorar la capacidad para aumentar la disponibilidad de datos oportunos, fiables, desagregados y de calidad.
- Elaborar indicadores que permitan medir los progresos en materia de desarrollo sostenible, y apoyar en la creación de capacidad estadística.
Esa es justamente la labor diaria del CdE y lo que nos motiva todos los días del año.
Un ejemplo, son las Encuestas de Victimización que miden la magnitud, la naturaleza y el impacto de la delincuencia. Establecen la prevalencia (¿cuántas personas fueron víctimas de un delito?), incidencia (¿ cuántos delitos ocurren cada año?) y la cifra obscura (¿cuántos delitos no son reportados a las autoridades?). También suministran detalles sobre las víctimas, personas agresoras y delitos.
Las estadísticas oficiales son fundamentales para el desarrollo y un elemento indispensable en el sistema de información de una sociedad democrática, como la mexicana. Por eso, es universalmente promovido que las políticas, planes y programas del Estado se basen en evidencia para ser eficientes. INEGI y UNODC – en buena parte a través del CdE - han marcado la pauta hacia la calidad de la información como una guía para las y los tomadores de decisiones.
No debe sorprender que una de las principales conclusiones de los primeros 10 años que conmemoramos, es la necesidad de mantener la confianza del público en los sistemas estadísticos nacionales.
Desde 1994, la Comisión de Estadística de la ONU señaló los Principios Fundamentales de las Estadísticas Oficiales, elementos esenciales para vigilar la calidad, transparencia, objetividad e independencia.
Incluso antes de la Agenda 2030, México creó, en 2008, el Subsistema Nacional de Información de Gobierno, Seguridad Pública e Impartición de Justicia para la producción, integración, conservación y difusión de información estadística y geográfica sobre la gestión y desempeño de las instituciones con funciones de gobierno, seguridad pública e impartición de justicia.
Esta iniciativa convirtió a INEGI en un líder mundial, y desde 2011, la cooperación INEGI-UNODC ha sido fructífera impulsando iniciativas trascendentales a nivel internacional.
Juntos, promovimos la aprobación de la Clasificación Internacional de Delitos con Fines Estadísticos, considerada el estándar
mundial para armonizar las estadísticas delictivas. No es un tema menor.
Hemos avanzado con criterio y convicción, pero la delincuencia y la violencia son fenómenos que cambian constantemente. El uso intensivo de tecnologías con fines delictivos, la dinámica del crimen organizado, y la propia pandemia presentan nuevos retos para la medición, y demuestran la importancia de contar con información en tiempo real para definir las políticas públicas más acertadas, sin dejar a nadie atrás.
Sólo con datos de calidad podemos maximizar el Big Data y la Inteligencia Artificial para generar investigaciones y tomar las mejores decisiones para “Recuperarnos Mejor” -como dice el Secretario General de la ONU- sea para prevenir o perseguir el crimen y la corrupción, o para promover los ODS y los derechos humanos de todas y todos.