Desde Baja California Sur, nos cuentan que la alcaldesa de La Paz, Milena Quiroga Romero (Morena) esperaba conectar home run, pero le salió un foul, con el anuncio de la presentación del cantante Chayanne en el carnaval 2025. Nos detallan que al principio la gente creyó que sería gratis, pero no, y aunque doña Milena juró que no gastaría un peso del erario, resultó que pidió un préstamo al gobierno estatal por 18 millones de pesos para el anticipo a la empresa que gestiona el concierto, aunque ocultó a la Secretaría de Finanzas el uso del recurso, por lo que el caso está en manos de la Fiscalía Anticorrupción y ahí “no bailará bachata”. ¡Auch!
Se deslindan de regidora “transita”
Donde “sigue la mata dando”, nos platican, es en Querétaro, pues está de moda aplicar “la de Pedro” y deslindarse de la regidora de Huimilpan, Beatriz Barrón Morales (PAN), detenida por defraudar a cientos de personas al sacar préstamos a su nombre sin su consentimiento y falsificando hasta su huella digital. Nos relatan que el primero fue el alcalde de Huimilpan, Jairo Iván Morales Martínez (PAN), pues varios afectados acusaron que doña Beatriz les dijo que todo lo que hacía era con su aval, pero ahora don Iván niega todo. Después, el dirigente estatal del PAN, Martín Arango García, argumentó que la regidora no es militante del blanquiazul y que los hechos fueron cometidos cuando no era funcionaria ni candidata de su partido. ¡Qué feo!
“Presumir es escupir para arriba”
El que parece que “escupió para arriba” en Sinaloa, nos comparten, fue el alcalde de Ahome, Gerardo Vargas Landeros (Morena), quien se jactaba de que su territorio es seguro y tenía el control de la vigilancia. Sin embargo, nos relatan que días después, el mismísimo secretario de Seguridad y Protección Ciudadana federal, Omar García Harfuch, reveló el decomiso histórico de fentanilo en los municipios de Ahome y Guasave; además se presentaron otros casos de violencia, incluido el asesinato a balazos de una persona en una barbería a plena luz del día y ante la presencia de un cliente y su hijo menor, por lo que sus detractores le recomiendan a don Gerardo “no abrir de más la boca”. ¡Zas!