Al que “le volvió a llover en su milpita” en Morelos, nos cuentan, es al diputado federal y exgobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo (Morena) con dos temas serios de su administración. Nos detallan que está el caso de presunta corrupción durante su gobierno por la compra de medicamentos para el sector salud estatal, en el que se habla de “una danza” de miles de millones de pesos que generaron decenas de observaciones de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y no se han aclarado, pero también está la petición de juicio político en el Congreso estatal contra una de sus principales colaboradoras, la exsecretaria de la Contraloría estatal América Jiménez Molina (Morena), quien es recordada por su flamante programa Golazo contra la Corrupción. Ironías de la vida. ¡Auch!
¿Cariño a su gente o al presupuesto?
Desde Chiapas, nos cuentan que la diputada local Faride Abud García (Morena), quien está en su segundo periodo como legisladora del Congreso local, aseguró que ahora sí será la alcaldesa del municipio de Pijijiapan, de donde es originaria, luego de que en 2024 no pudo conseguir la candidatura. Nos indican que doña Faride afirma que en las elecciones del año pasado no contó con el apoyo suficiente del gobierno estatal anterior, por lo que tomó la reelección como “premio de consolación”, pero que en esta administración está “mejor parada” para que sea la abanderada en su terruño, aunque varios aseguran que no es tanto “por el cariño a sus raíces”, sino que dicho municipio es uno de los que cuenta con mejor presupuesto de la entidad, por lo que varios le recuerdan que “del plato a la boca, se cae la sopa”.
Cortan espacio a prensa en Congreso
Nos comparten que la “austeridad republicana” llegó sólo para algunos en el Congreso de Hidalgo, donde los más afectados fueron los reporteros de la fuente, quienes literalmente fueron desalojados del espacio que ocupaban como sala de prensa y enviados a una bodega de apenas unos metros. Nos explican que la razón fue porque el área se convirtió en la “flamante” oficina del jefe de Comunicación Social, Carlos Gamiño Sánchez, quien ha ido limitando a los comunicadores en la sede legislativa con la imposición de reglas para realizar entrevistas, tomar fotografías e ingresar a la llamada “Casa del Pueblo”, pero el cambio de espacio fue “la gota que derramó el vaso”, pues todos critican que don Carlos requiera de un lugar más amplio para las largas charlas que sostiene a puerta cerrada. ¿Qué más fraguará?