Donde siguen con el coraje atravesado en Zacatecas, nos platican, es en el gobierno de David Monreal Ávila (Morena), pues la investigación de las ocho quejas por represión y exceso del uso de la fuerza policial el 8M escaló y fue atraída por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Nos refieren que quizá influyó que la senadora Geovanna Bañuelos de la Torre (PT) interpuso la querella ante el organismo y hasta posteó una foto con su titular, Rosario Piedra Ibarra, cuando presentó la queja y en la cual no sólo “pide la cabeza” de los mandos a nivel estatal, sino también del ayuntamiento capitalino que actualmente es gobernado por Jorge Miranda Castro (PVEM-Morena), quien por cierto, busca la reelección. ¡Ups!
Buscan mantener “alcaldía familiar”
En Morelos, nos comparten que el exalcalde de Jiutepec, Rafael Reyes Reyes (Morena), “puso sus fichas como en ajedrez” para afianzar el control del municipio, el cual ha gobernado desde hace cinco años, pero está sumido en la inseguridad y la desilusión. Nos relatan que don Rafael se va de campaña por una diputación federal y dejó como suplente a su cuñado David Ortiz Muñiz (Morena), a quien “le gustó tanto su nuevo puesto” que se apuntó para contender por la candidatura morenista a ese ayuntamiento, aunque en el camino se va a topar con un candidato que quedó en segundo lugar en los comicios de 2021 bajo las siglas de un partido local, pero ahora está apoyado por la coalición PRI-PAN-PRD-RSP. ¡Hay tiro en Jiutepec!
El invitado incómodo en acto de MC
El que “dejó varias cejas levantadas” en Chiapas, nos comentan, fue el exsecretario de Educación de Chiapas, Herminio Chanona Pérez (MC), quien está acusado de violencia contra su expareja, pero asistió “muy campante” a un evento de campaña de su primo Alejandro Chanona, integrante de la dirigencia nacional del partido. Nos indican que su presencia, lejos de abonar adeptos, generó rechazo, porque además don Herminio pareciera que quiere jugar con doble playera, pues se le ha visto en eventos del candidato de Morena a gobernador, Eduardo Ramírez Aguilar. ¡Qué vivillo!