Nos dicen que el que lleva las de perder en el caso del campo de exterminio de Teuchitlán es el exgobernador de Jalisco Enrique Alfaro (MC), pero tampoco se angustia mucho. Nos señalan que si bien tuvo en sus manos esta papa caliente desde septiembre pasado y la ignoró, no fue el único que volteó para otro lado. Pero, a diferencia de otros actores, como la Guardia Nacional, que fue la primera en asegurar el rancho, don Enrique no tiene quién lo defienda, pues a la actual administración estatal le urge deslindarse de cualquier responsabilidad. Nos cuentan que, incluso, sus excolaboradores cercanos no han dicho “esta boca es mía”, aunque el exmandatario tampoco sufre mucho desde su retiro en los Países Bajos. ¡Qué tal!
Alcalde y sus autos millonarios
El que está en el ojo del huracán en Hidalgo, nos platican, es el alcalde de Mineral de la Reforma, Eduardo Medécigo Rubio (Morena), por el arrendamiento de 25 vehículos, algunos de lujo, por poco más de 27 millones de pesos. Nos señalan que los regidores de oposición “pegaron el grito en el cielo”, pues aseguraron que era más conveniente que el ayuntamiento comprara las unidades en lugar de gastar millones en un esquema que sólo beneficia a la empresa arrendadora. Aunque don Eduardo alega que el precio incluye seguros y mantenimiento, varios sugieren “seguir el hilo” para ver qué conocido sale por ahí. ¡Qué mal pensados!
¿Venganza o mal negocio?
Desde Yucatán, nos comparten, sorprendió a propios y extraños la denuncia que interpuso el empresario Horacio de Freitas en contra del exmorenista y ahora líder del PRI en Mérida, Rafael Echazarreta Torres, por un supuesto fraude de 12 millones de pesos de un negocio conjunto que no cuajó. Nos refieren que don Rafael fue uno de los fundadores de Morena en el estado, pero se retiró molesto con el partido y casi de inmediato aceptó la invitación para la dirigencia municipal tricolor en la capital, por lo que ahora asegura que las acusaciones en su contra son una “venganza política”, pero la última palabra estará en los tribunales. ¡Zas!