El que demostró que “ni picha, ni cacha, ni deja batear” en Veracruz, nos cuentan, es el alcalde de Poza Rica, el morenista Fernando Remes Garza, pues en medio del escándalo por la aparición de decenas de restos humanos embalados y congelados, anda muy “campechano” como si nada pasara y sólo responde que “se está atendiendo el tema de frente y sin miedo” sin más detalles. Sus detractores nos recuerdan que don Fernando fue beisbolista y es dueño de algunos tráileres, además aseguran que desde su llegada al ayuntamiento comenzaron a proliferar bares y cantinas, arreció la violencia y al menos uno de sus jefes policiacos está detenido por vínculos a la delincuencia, por lo que no falta quien asegure que exigirle algo “es pedirle peras al olmo”. ¡Ouch!
Góber Vila mantiene la cohesión
Luego de que el PAN definió al alcalde de Mérida, Renán Barrera Concha (PAN), como “su gallo” en Yucatán para 2024, nos comparten que el gobernador panista Mauricio Vila Dosal fue de los artífices para adelantarse y lograr conciliar a los distintos contendientes del blanquiazul y así mantener la unidad para ampliar las posibilidades de triunfo en los próximos comicios. Nos explican que el trabajo político de don Mauricio hizo que el proceso de selección de candidatos fuera una labor de equipo, que ante todo mantuviera al panismo unido en el proceso que vive el estado desde 2018. ¡Bomba!Edil investigado por violencia
En Hidalgo, nos platican que, bajo la lupa de la Procuraduría General de Justicia estatal se encuentra el alcalde de Pachuca, el expriista Sergio Baños Rubio, pues enfrenta una denuncia por violencia familiar equiparada. Nos relatan que, según la carpeta de investigación, la presunta pareja sentimental de don Sergio detalló que convivió con él en un lugar público; luego, acudieron al domicilio de un amigo para seguir la fiesta, donde ella intentó terminar la relación, pero él arremetió en su contra a golpes, ocasionándole un edema cerebral y fisura en la nariz y aunque don Sergio negó los hechos y acusó un golpeteo político, será la procuraduría la que diga la última palabra, pero mientras “nadie mete las manos a la lumbre” por él. ¡Zas!