A pesar de que dicen “en boca cerrada no entran moscas”, nos cuentan que, en Guerrero, la alcaldesa de Acapulco, Abelina López Rodríguez (Morena), ha sido poco prudente ante la tragedia por el huracán Otis. Nos relatan que doña Abelina apareció dos días después de que golpeó el meteoro al puerto y pidió a los acapulqueños que salgan a limpiar su calle, pero el colmo fue cuando se le cuestionó sobre los saqueos (algunos innecesarios), los cuales justificó: “Quizá de afuera nos vean feo cuando uno ve cosas de ciudadanos tomando cosas que no son de ellos (…), yo le llamaría una cohesión social, una salida”, lo que dejó a varios con la ceja levantada. Sin palabras.
El paseo de medicamentos
A quien no se le da muy bien eso de escuchar, nos platican, es a la secretaria de Salud de Oaxaca, Alma Lilia Velasco Hernández (Morena). El detalle, nos explican, es que doña Ana Lilia no es precisamente atenta a las exigencias de los trabajadores y “como botón de muestra” fue que, ante la queja de falta de insumos en el Hospital de Juchitán, la dependencia a su cargo envió un lote de medicamentos oncológicos con valor de 2.5 millones de pesos, con la intención de poner fin al paro que mantenían trabajadores del nosocomio desde hace varias semanas. Sin embargo, “el pequeño detalle” es que en dicha unidad no se atiende a pacientes con cáncer, por lo que el cargamento tuvo que ser devuelto. ¡Ouch!
Aferrado en ser candidato
El que está aferrado a ser candidato por la alcaldía de Puebla, nos comparten, es el empresario José Chedraui Budib (PRI), al grado que ya le da igual que sea por uno o por otro partido. Nos cuentan que este es su tercer intento para llegar al menos a ser abanderado, pues en las otras ocasiones lo hicieron a un lado, por lo que ahora, don José comenzó desde junio actividades con un logo en color rosa “para apoyo a la causa de las mujeres”, el cual ha aparecido en innumerables pintas en bardas y cuando se le cuestiona sobre “quién pompó”, asegura que “son expresiones ciudadanas” y que él solicitó a sus amistades no hacer eso en el mobiliario urbano, pero pues no le hacen caso. ¡Qué tal!