Al que le espera “una papa caliente”, nos platican, es al gobernador electo de Jalisco, Pablo Lemus Navarro (MC), porque un grupo de concesionarios del transporte público que le apostaban al cambio de color en la administración estatal ha amagado con irse a paro si no se revisa la actual tarifa de 9.50 pesos que no se ha movido en seis años y que alegan debería de ser de entre 14 y 16 pesos. Sin embargo, nos indican que el gobernador Enrique Alfaro Ramírez (Morena) asegura que mientras él esté en el cargo (o sea, hasta el 30 de noviembre próximo) eso no pasará, por lo que “le puso pase para gol” a don Pablo para que tenga que negociar y apaciguar a los concesionarios, quizá con más subsidios, como hasta ahora. ¡Zas!
Ebrard apaga fuego en Guanajuato
Desde Guanajuato, nos comparten que el próximo secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubon (Morena), tuvo casi “un día de campo” en la tierra de José Alfredo Jiménez. Nos detallan que don Marcelo logró tranquilizar a los empresarios zapateros que en los últimos días tomaron las calle para exigir al gobierno federal que ponga un freno al contrabando de calzado y a las prácticas comerciales desleales y hasta los líderes del gremio se mostraron optimistas por la señal de apertura e interés que envió el próximo gobierno federal, a pesar de que aún no entran en funciones y además, don Marcelo se reunió con la excandidata a la gubernatura, Alma Alcaraz Hernández (Morena), quien, se dice, podría integrarse al equipo de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo. ¡Qué tal!
Paralelismos de alcaldes
Desde Morelos, nos comparten que las carreras de los alcaldes electos de Cuautla y Temixco, Jesús Corona Damián (PAN) e Israel Piña Labra (PAN), respectivamente, tienen varios paralelismos. Nos explican que ambos ganaron municipios con los más altos índices de violencia del estado en los últimos tres años, además de que sus contrincantes eran los abanderados de Morena que buscaban la reelección; también ambos conocen la violencia de cerca, pues a don Jesús lo intentaron matar en campaña y tiene preso a un hermano por secuestro, mientras don Israel registró un homicidio cerca de unos de sus negocios y, por último, ambos hablaron sin cansancio en las campañas sobre sus “grandes planes” de seguridad y ahora rehúyen a explicar sobre cómo harán para inhibir a la delincuencia organizada. ¿Qué más tendrán en común?