El que “dejó varias cejas levantadas” en Chihuahua, nos platican, es el alcalde de la capital, Marco Antonio Bonilla Mendoza (PAN), pues anda muy ocupado tratando de explicar cómo le hizo para comprar una lujosa casa en la exclusiva zona de El Rejón, la cual presuntamente tuvo un costo de 17 millones de pesos. Nos explican que, ante las fuertes críticas, don Marco acusó una campaña de desprestigio y reconoció que sí adquirió una vivienda, pero no de 17, sino de 8 millones de pesos (cualquier cosa), la cual obtuvo “como cualquier ciudadano”, a crédito y a pagar en 20 años, y “mientras son peras o manzanas” varios le recuerdan que “el horno no está para bollos” para la ostentación. ¡Ups!
Tribuna de denuncias y renuncias
Desde Sonora nos cuentan que la tribuna del Congreso local se ha convertido en “diván de renuncias”, pues van dos diputados que utilizan ese espacio para anunciar el fin a su militancia. Nos relatan que el primer caso fue la legisladora Alejandra López Noriega, quien se separó del PAN momentos antes de aprobar la reforma judicial, y el más reciente fue el diputado Raúl González de la Vega, quien abandonó al recién creado Partido Sonorense, que lo llevó a la única curul del instituto y argumentó que “tenía que ser congruente con su ética y principios”, que no había condiciones para seguir y que “había intereses cupulares y actuaciones a la vieja usanza de modelos obsoletos que ya no deben de ser tolerables”. ¿Quién será el siguiente?
Marea el poder a edil
Nos comentan que, en Michoacán, el que “siente que no lo merece ni el suelo que pisa” es el alcalde de Uruapan, Carlos Alberto Manzo Rodríguez (independiente), desde que asumió el cargo hace poco más de un mes. Nos señalan que don Carlos “siente que todo lo puede” y ha arremetido públicamente contra el Ejecutivo estatal, el gobierno federal, las corporaciones de seguridad e incluso en contra de quienes lo ayudaron a ganar, pero lo peor es que, “ya entrado en confianza”, solicitó al Cabildo la autorización para adquirir una deuda de 75 millones de pesos, lo cual desilusionó a más de uno en la localidad y eso que apenas empieza. ¡Auch!