A la que “le salió el chirrión por el palito” en Sinaloa, nos comentan, fue a la candidata al Senado por la coalición Fuerza y Corazón por México, Paloma Sánchez Ramos, pues anduvo presumiendo en sus redes sociales una foto que se tomó en un camión recolector de basura, al lado de personal de limpieza del municipio de Elota. Nos indican que sus detractores “se le fueron a la yugular”, pues la acusaron de estar “en la pepena de votos”, porque, aunque es su terruño, jamás se para por ese municipio, por lo que doña Paloma sólo se defendió asegurando que es pura envidia y las críticas sólo son “envío de basura a su campaña”. ¡Zas!
Prefieren a exgóber “de lejitos”
Los que no saben “si reír o llorar” en Colima, nos cuentan, son los integrantes del equipo de campaña del candidato a la presidencia municipal de la capital, Riult Rivera Gutiérrez (PAN), luego de que el exgobernador de Colima, Mario Anguiano Moreno (PRI), difundió un video para expresarle su apoyo. El problema, nos explican, es que en 2018 don Mario fue inhabilitado por el Congreso local para ocupar cargos públicos durante 14 años, además de que se le impuso una sanción económica por 515 millones de pesos por utilizar deuda pública para solventar gasto corriente y, como “goza de esa fama”, la gente de don Riult no lo quiere cerca, pues más bien parece contracampaña. ¡No me ayudes, compadre!
Exfuncionaria va por su revancha
La que está de regreso en Morelos, nos platican, es Paula Trade Hidalgo, exdirectora del Instituto de Crédito en el gobierno de Graco Ramírez Garrido (PRD), pero ahora como candidata a síndico en la fórmula del PRI-PAN-PRD-RSP para la alcaldía de Cuernavaca. Nos recuerdan que doña Paula es hija del exdirigente estatal del PRI Jorge Trade Nieto y cobró fama en su etapa como funcionaria por concederle un crédito de 600 mil pesos a don Graco en los últimos días de su administración para la compra de una camioneta porque, según argumentó el político, no tendría vehículo al concluir su gestión y, aunque fue investigada, libró el proceso de la Fiscalía Anticorrupción. ¿Buscará su segundo aire?