Desde Veracruz, nos cuentan que sigue creciendo “como bola de nieve” el conflicto en Totalco, donde fueron asesinados los hermanos Jorge y Alberto Cortina Vázquez, por elementos de la Fuerza Civil, tras exigir el cierre de Granjas Carroll de México. Nos indican que los familiares de los jóvenes campesinos están hartos de que “nadie los pele” y anunciaron que denunciarán penalmente al gobierno de Cuitláhuac García (Morena) ante la fiscalía del estado para que se investigue quién dio la orden de disparar en el desalojo, pero además porque les molestó el desdén del secretario de Gobierno, Carlos Juárez Gil (Morena), quien sólo les ofreció como solución el mínimo apoyo económico de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas. ¡Zas!
Queda a deber camiones eléctricos
La que “está en el ojo de la tormenta” en Baja California Sur, nos relatan, es la alcaldesa de La Paz, Milena Quiroga Romero (Morena), pues tras lograr la reelección, regresó a su despacho a revisar los pendientes que dejó y fueron sus promesas de campaña, como la modernización del transporte público, con la compra de 30 camiones urbanos, de los cuales 15 serían eléctricos. Ante el retraso, nos relatan que doña Milena viajó a la fábrica de los autobuses en el Estado de México, donde anunció que de plano tendrán que ser unidades a diesel, porque el municipio no tiene estaciones de carga y menos recursos para tal modernización, o lo que es lo mismo, “prometer no empobrece”.
Víctimas de los hackers
Desde Coahuila, nos comparten que “el chamuco anda suelto”, pues se ha presentado una ola de hackeos en celulares de personajes públicos, que dejó pensando a varios si eso les pasa a ellos ¿quién podrá defendernos? Nos detallan que “los maloras” primero se metieron en el celular del rector de la Universidad Autónoma de Coahuila, Octavio Pimentel Martínez, quien perdió su número y después le tocó al alcalde de Saltillo, José María Fraustro Siller (PRI), por lo que en ambos casos tuvieron que salir sus respectivos equipos a informar lo ocurrido y a alertar por si había alguna petición de dinero extraña. ¡Qué tal!