Donde se puso caliente el ámbito político, nos platican, fue en Veracruz, luego de que el exsecretario de Educación y actual diputado federal, Zenyazen Escobar García (Morena), fue exhibido montado en caballos pura sangre y con vehículos deportivos de alta gama. Aunque don Zenyazen negó ser propietario de los animales y autos que aparecen en el video, nos indican que tampoco aclaró de quién son, por lo que algunos afirman que no estaría mal que se hiciera una revisión de los patrimonios de los exfuncionarios del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez (Morena), ya que, nos recuerdan, la gran mayoría andaban a pie al llegar al cargo y al concluir el sexenio viajan en grandes camionetas y carrazos de lujo. ¿Y la pobreza franciscana?
Comienzan “los duelos” para 2027
Desde Chihuahua, nos cuentan que “los dimes y diretes” están a la orden del día y ahora fue entre los “aspirantes” a la gubernatura, que se disputará en 2027. Nos relatan que el alcalde de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar (Morena), denunció que hay una “guerra sucia” en su contra, en la que hasta corrieron el rumor de que le habían cancelado la visa de EU, a pesar de que él andaba de viaje en la graduación de su hija, y señaló a su homólogo de la capital, Marco Antonio Bonilla Mendoza (PAN), de orquestar las acusaciones en su contra, frente a lo que don Marco “se lavó las manos” y retó a Cruz a que presente las pruebas de que él es autor de dicha campaña. Y eso que faltan dos años. ¡Uff!
Primero a convencer a los suyos
El que no se rinde en Sinaloa a pesar de acumular más derrotas en las urnas que triunfos, nos comentan, es el diputado federal Mario Zamora Gastélum (PRI), quien anunció que se prepara para ser candidato a la gubernatura en 2027. Sin embargo, nos señalan que entre los priistas que estuvieron con don Mario en la contienda que le ganó el gobernador Rubén Rocha Moya (Morena) hay varios que tienen un “mal sabor de boca”, pues afirman que “se la jugaron con él”, pero les cargó todas las culpas de la derrota, después se olvidó del partido y ahora regresa muy campante “a colocarse al frente de la fila” como aspirante. ¡Óigame, no!