El que “cerró con el pie izquierdo” el proceso electoral en Quintana Roo, nos platican, fue el exdiputado local y federal, Emiliano Vladimir Ramos Hernández (Morena), pues la pasó detenido por la Fiscalía General del Estado. Nos relatan que en un principio se habló de que había sido acusado por presunta compra de votos, pero sus familiares aseguran que fue por resistirse a una revisión vehicular cuando circulaba en Playa del Carmen, municipio de Solidaridad, y acusado de desacato a la autoridad, según su hermano el también político Alejandro Ramos y “mientras son peras o manzanas”, don Emiliano se la pasó “guardadito” y ni pudo votar. ¡Zas!
Ni dejaron acomodarse a suplentes
Donde “se empezaron a amontonar”, nos cuentan, es en el Congreso de Sinaloa, pues varios diputados locales de Morena con licencia y que andaban buscando “hueso” no quisieron perder un solo día para regresar a sus curules y seguir cobrando sus jugosas dietas. Nos detallan que la Mesa Directiva fue notificada hace unos días del regreso de los legis- ladores Almendra Ernestina Negrete Sánchez, Felicita Pompa Robles y Juan Carlos Patrón Robles, a partir de este 3 de junio, lo que cayó a los suplentes “como balde de agua fría”, porque “le estaban tomando cariño al puesto” y esperaban quedarse ahí al menos, una semana más hasta que se dieran los resultados oficiales de los comicios. ¡Ai para la otra!
Balconean a exedil por huachicol
Al que le dieron “tremenda exhibida” en Chihuahua, nos comentan, es al exalcalde de Parral, Alfredo Lozoya Santillán (MC), quien andaba empujando a su esposa para encabezar ese ayuntamiento. Sin embargo, nos relatan que días antes de la elección, la Junta Central de Aguas y Saneamiento estatal hizo pública la detección de una toma clandestina de agua, ni más ni menos que en la propiedad de don Alfredo, pero además informó que desde 2020 el domicilio tenía el servicio, pero casualmente no registraba el consumo y aunque don Alfredo negó los hechos y aseguró que todo fue “guerra sucia” en su contra, la dependencia estatal le reviró que “tiene los pelos de la burra en la mano”. ¡Aguas!