El que se quejó amargamente de que no reconocen sus avances en seguridad, nos cuentan, es el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez (MC), durante la inauguración de un nuevo edificio en las instalaciones de la fiscalía del estado. Nos relatan que don Enrique reconoció que la percepción ciudadana es diferente a lo que él reporta, pero insistió en que ha cumplido con el trabajo de reducir la violencia y los delitos en la entidad, aunque, a decir de algunos, lo que olvidó don Enrique mencionar fue si logró limpiar la fiscalía, pues en 2020 afirmó que estaba infiltrada por la delincuencia y en 2022 decía que aún no lograban terminar con la purga. ¡Ups!
Del odio al amor ¿hay un paso?
Quienes tuvieron que hacer de tripas corazón en Zacatecas, nos platican, fueron los hermanos Ricardo y David Monreal Ávila (Morena), ya que se vieron obligados a coordinarse con su viejo némesis: el morenista Ulises Mejía Haro, diputado federal electo y protegido de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, y a quien se le encomendó la coordinación del Foro sobre la Reforma del Poder Judicial. Nos relatan que, para asegurar el éxito del evento presidido por don Ricardo, don David mandó a su secretario general Rodrigo Reyes Mugüerza a coordinarse con don Ulises y así evitar, en lo posible el “frente a frente” y, aunque sacaron avante el foro, sólo anduvieron “juntos, pero no revueltos”. ¡Auch!
Aplausos, como el agua... escasos
A la que le llovieron las críticas en Baja California Sur, nos comparten, es a la alcaldesa de Comondú, Iliana Talamantes Higuera (Morena), tras presumir un programa de subsidio de tinacos y cisternas. Sin embargo, nos indican que lo hizo justo cuando vecinos se quejan de la escasez de agua y hay quienes tienen un mes sin suministro, por lo que los aplausos que imaginaba doña Iliana se convirtieron en rechiflas, pues le reprocharon que “ni la burla perdona”, porque a pesar de tener cisternas, sólo sale puro aire de la llave, además de que cuando el ayuntamiento les llega a mandar pipas, éstas llegaron a media noche y de filón le recordaron que en una zona desértica todo es insuficiente y peor sin planeación. ¡Zas!