Desde Veracruz, nos platican que para pocos fue una sorpresa la designación como candidata de Morena a la segunda fórmula al Senado de la diputada federal Claudia Tello Espinosa (Morena), pues prácticamente era, como dicen, “un gol cantado”. Nos explican que doña Claudia es amiga personal de la virtual candidata a la gubernatura, Rocío Nahle García (Morena), por lo que era de esperarse, aunque nos señalan que los únicos sorprendidos fueron los funcionarios del primer círculo del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez (Morena), ya que todavía “no les cae el veinte” de que “la fiesta está a punto de acabar” y al parecer no quieren escuchar Las golondrinas. ¡Zas!
Rebelión de aliados de Morena
Donde “hay rebelión en la granja”, nos cuentan, es con los aliados de Morena en Nuevo León, pues el PVEM y PT los han consentido de más en los pasados procesos con posiciones muy superiores a su fuerza electoral y ahora pretenden pelear por la candidatura al Senado y que los guindas sacrifiquen al diputado local con licencia Waldo Fernández González (Morena) o a la exdelegada del Bienestar, Judith Díaz Delgado (Morena). Sin embargo, nos indican, al saber las intenciones de sus aliados y para pelear su espacio, don Waldo salió a la Ciudad de México donde lleva días defendiendo la posición y confía que no le hagan “de chivo los tamales”. “A ver de cuál cuero salen más correas”.
Se quedan “con las manos vacías”
Otros que hicieron “berrinche” en Yucatán, nos comparten, fueron los regidores Orlando Pérez Moguel y Fernando Alcocer Ávila, quienes renunciaron a Morena y amagaron con no apoyar a sus candidatos Joaquín Díaz Mena y Rommel Pacheco Marrufo a la gubernatura y alcaldía de Mérida, respectivamente. Nos indican que les dolió que los dejaron sin candidatura y acusaron que en las designaciones hay intereses personales y desplazan a activos morenistas con capacidad y afirmaron que don Rommel “no representa el espíritu de la 4T”, aunque lo peor para don Orlando y don Fernando es que no alcanzaron “hueso” ni en otros partidos. ¡Lástima, Margarito!