Los que andan “ofendidos y lo que le sigue” en Sinaloa, nos cuentan, son los regidores de todos los partidos en Guasave por las críticas que recibieron tras darse un “aumentazo” de 7 mil pesos en su sueldo, a pesar de que la alcaldesa Cecilia Ramírez Montoya (Morena) les pidió mesura. Nos relatan que los regidores se dicen “blanco de un linchamiento público”, por lo que el morenista Domingo Espero Herrera argumentó que de los 69 mil pesos que reciben, 20 mil pesos son de un apoyo para combustible por su “actividad social” y no es parte del sueldo, aunque doña Cecilia ha aclarado que las gestiones con los ciudadanos son atendidas por sus funcionarios y recordó al Cabildo que el erario está muy comprometido. ¿Cómo los ven?
Las vueltas que da la vida
Desde Baja California nos recuerdan que uno no debe decir “de esta agua no beberé”, pues en estos días los reflectores apuntaron al exalcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum Buenrostro (PAN), quien tras despreciar una y otra vez a los gobiernos morenistas, fue exhibido mientras esperaba su apoyo del Bienestar. Aunque ya hubo allegados a don Juan Manuel que brincaron en su defensa y afirmaron que, como cualquier ciudadano, tiene derecho a los programas federales, nos indican que lo irónico es que en sus tiempos de alcalde “le echaba malos ojos” y estuvo quitando los módulos para el registro de apoyos Bienestar. ¡Cosas de la vida!
¿Funcionario Mandibulín?
Desde Morelos nos comentan que al secretario de Gobierno de Cuernavaca, Oscar Cano Mondragón (PAN), casi nadie lo toma en serio, pues varios recuerdan que a finales de año el comercio ambulante ignoró sus advertencias y se instaló los días que quiso en el primer cuadro. Nos indican que ahora, cuando don Oscar planteó esquemas de prevención del delito, prácticamente provocó la risa de sus compañeros porque anunció que buscará que elementos de las Fuerzas Armadas ocupen los módulos de seguridad pública y así inhibir a la delincuencia organizada. Nos explican que su debilidad radica en que llegó al cargo por acuerdo partidista y ahora sólo le siguen la corriente. ¡Échele ganitas!