Desde Yucatán nos cuentan que quien empieza a evaluar con sus médicos la posibilidad de reincorporarse a las actividades proselitistas y entrar por fin a la campaña electoral, es el candidato morenista a la gubernatura de esta entidad, Joaquín Díaz Mena, quien ha estado “fuera de reflectores” por cuestiones de salud. Nos comentan que don Huacho reapareció en estos días para reunirse con empresarios de la Canacintra, pero no se le vio recuperado, por lo que hay incertidumbre entre la militancia guinda e, incluso, algunos proveedores han preferido frenar el suministro de varios insumos hasta que se defina el futuro de la campaña. ¡Qué tal!
Alcalde se alinea por su esposa
El que finalmente reculó en Guanajuato, nos comentan, fue el alcalde de la capital, Alejandro Navarro Saldaña (PAN), quien fue severamente criticado y varios panistas le pidieron separarse del cargo temporalmente mientras su esposa, Samantha Smith Gutiérrez (PAN), es candidata para su cargo en la presidencia municipal. Nos relatan que, tras resistirse, don Alejandro finalmente comenzó los preparativos para dejar su silla poco antes del inicio de campañas, y se prevé que sea antes de Semana Santa con la decisión de volver, por lo que ahora se trabaja en conseguir a un alcalde interino, aunque no deja de ser raro que, en caso de ganar, el ayuntamiento quede en familia. ¡Qué paternales!
Una disculpa ¿para quedar bien?
Desde Chihuahua nos comparten que muy indignadas y enojadas quedaron las familias de víctimas de feminicidio en Ciudad Juárez, por el trato que recibieron hace unos días en la “disculpa pública” que ofreció el gobierno federal a siete madres, después de más de 20 años de que sus hijas fueran asesinadas. Nos relatan que el evento, al que asistieron funcionarios federales, estatales y municipales comenzó con una hora de retraso, además de que las madres debieron caminar tramos largos para lograr estacionar sus vehículos y poder ingresar al recinto, pues los vehículos oficiales acapararon la entrada y no hubo ninguna atención para las familias de las víctimas, quienes reprocharon que los únicos que quedaron bien fueron ellos. ¡Vaya incongruencia!