Luego de que se mencionara al alcalde de Hermosillo, Antonio Astiazarán Gutiérrez (PAN), como posible “carta fuerte” de la oposición para pelear en 2027 por la gubernatura de Sonora, nos platican que se armó “la guerra fría”, pues ahora el gobernador Alfonso Durazo Montaño (Morena) “no lo puede ver ni en pintura”. Nos relatan que hace unos días ambos fueron invitados a un evento sobre vivienda, donde don Alfonso llegó saludando a los asistentes y “ubicó de reojo” a don Antonio para “hacer como que no lo vio” y seguirse de largo sin saludarlo, pero no contaba con que los organizadores los sentaron juntos en el presídium, donde se ignoraron y “no cruzaron ni una miradita”. Y eso que aún falta más de un año. ¡Córtalas!
PRI organiza un “plan B” para NL
Los que andan “cocinando su plan B”, nos cuentan, son los priistas de Nuevo León, luego de que la dirigencia nacional del PAN le dio “el cortón” a la alianza con el PRI sorprendiendo a varios, incluido el dirigente estatal blanquiazul, Policarpo Flores Peña, pues la unión no iba tan mal y, hasta cierto punto, ha hecho fuertes a ambos partidos. Nos señalan que la dirigencia tricolor, a cargo de José Luis Garza Ochoa, citó de urgencia a una asamblea del Consejo Político Estatal, la cual fue a puerta cerrada y encabezada por su “carta fuerte” para la gubernatura, el alcalde de Monterrey, Adrián de la Garza Santos (PRI), en la que analizaron qué harán cuando “los dejen como novia de pueblo” y parece ser que van por otros aliados. ¡Qué tal!
“Le faltó barrio” al góber
Al que le dieron en Yucatán un toque de picardía, nos comparten, fue al gobernador Joaquín Huacho Díaz Mena (Morena), pues en su más reciente Facebook Live fue sorprendido con un albur en el que cayó, sin sospechar el doble sentido, y que causó varias risas entre los espectadores. Nos relatan que no faltaron los que se alarmaron porque creerían que don Huacho tendría una mala reacción, pero él lo tomó con buen humor y lo único que se le reprocha al góber es que le faltó “tantito barrio” para cachar los albures, pero demostró que el llamado Renacimiento Maya también tiene su toque de picardía popular. ¡Bomba!

