La que “se pasó de viva” en Yucatán, nos platican, es la alcaldesa de Umán, Kenia Walldina Sauri Maradiaga (Morena), ya que se le hizo fácil ponerle su nombre o iniciales a diversas obras de infraestructura municipal, como espacios públicos, deportivos y juegos infantiles de parques. Nos indican que el escándalo ha cobrado tal relevancia que hasta el presidente estatal de Morena, Carlos Bojórquez Urzaiz, le pidió a doña Kenia “enmendar el camino”, pues reconoció que no es lo correcto, además de que, como se esperaba, el PAN presentó una queja ante el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPAC) del estado. “¿Alguien trae muy arriba su autoestima?”
Enoja a fiscal pregunta sobre fiesta
El que resultó de “mecha corta”, nos comentan, es el fiscal general de Guanajuato, Gerardo Vázquez Alatorre, quien recientemente se “echó un palomazo” en la fiesta mexicana en las instalaciones de la dependencia. Nos indican que don Gerardo “estalló en furia” cuando una reportera le preguntó si se repetirían este tipo de eventos en las instalaciones de la fiscalía, a lo que reviró que no iba a dignificar con una respuesta la pregunta, pues “el único en este país que cumple con la norma 035 (sobre proteger y promover la salud mental de los trabajadores en el ámbito laboral) es la fiscalía y se atreven a preguntarme eso”. ¡Usted perdone!
¿Será que el alcalde de Uruapan perdió el piso?
Desde Michoacán nos comparten que el presidente municipal de Uruapan, Carlos Alberto Manzo Rodríguez (independiente), “perdió el piso”, pues en su afán de lograr notoriedad no ha medido las consecuencias. Nos indican que don Carlos Alberto retomó su racha de retar y desafiar al gobierno federal y al estatal para que, según dice, pongan paz en su municipio, pero además emprende acciones “a contentillo”, como la clausura sin sustento de la obra pública del teleférico, además de la puntada de convocar a la ciudadanía a levantarse en armas. Bien dicen que “con unas gotas de poder se puede perder algo más que el piso”. ¡Ups!