Desde Veracruz, nos platican que muchos morenistas finalmente cayeron en cuenta de que el coordinador de los senadores guindas, Adán Augusto López Hernández, “tejió fino” con la aprobación de la reforma judicial. Nos explican que don Adán “hizo carambola de tres bandas”, pues consiguió el voto de Miguel Ángel Yunes Márquez y su suplente Miguel Ángel Yunes Linares, considerados en el estado como “enemigos del morenismo” y con eso dejó fuera de la jugada a la gobernadora electa, Rocío Nahle García (Morena) quien en sus tiempos de secretaria de Energía le hizo más de un desaire y grosería; además, el remate llegó con el acercamiento que organizó entre la próxima presidenta Claudia Sheinbaum y “Yunes Jr.”, quien tiene tufo a morenista. ¡Zas!
La caída de la alcaldesa “obradorista”
A la que le encanta vivir en la polémica en Baja California, nos cuentan, es a la alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero Ramírez, quien fue expulsada de Morena luego de que se difundieron audios en los que presuntamente negociaba con la excandidata panista a la alcaldía María del Carmen Flores Ávila. Tras despintarse de guinda, nos indican que a doña Montserrat poco le faltó para decir el clásico “me vale”, pues aseguró que por ahora no podía limpiar su nombre, pero lo hará en su momento y afirmó que es “obradorista”. Sin embargo, el segundo tropezón le llegó con la queja que había interpuesto por violencia política en razón de género contra los regidores tijuanenses, la cual fue desechada por el Tribunal Electoral, por lo que varios le recomiendan “una limpia en Catemaco”. ¡Ups!
Ayuntamiento “con propietario”
El que se siente “la mano que mece la cuna” en Chiapas, nos comparten, es el alcalde con licencia de Comitán, Mario Antonio Guillén Domínguez (PT), quien ganó la reelección en los pasados comicios, pero en la práctica no ha soltado el poder del ayuntamiento, pues sigue demostrando “quién lleva las riendas”. Nos explican que el alcalde interino, Juan Bernardo Santiago Cruz (PT) quedó relegado a segundo plano, pues don Mario Antonio es el que encabeza reuniones de trabajo, recibe a las visitas importantes al ayuntamiento, acude con los funcionarios estatales a nombre del municipio y hasta usa los mejores vehículos de la flotilla de la alcaldía para sus actividades, mientras don Bernardo se mueve en su auto compacto, sin usar los vehículos oficiales. ¡Viva el cambio!