Esta pregunta la hemos escuchado muchas veces en nuestras casas, casi siempre la emisora del reto es una mamá. Y en el fondo siempre son nuestras madres quienes nos ayudan a encontrarnos a nosotros mismos para ser mejores personas. Por ello, la columna del día de hoy está dedicada a todas las mamás de México, y a la mía, Silvia Rabadán, que está en el cielo y quien, con su ejemplo, me enseñó siempre a trabajar de forma honesta y honorable.

La fortaleza de nuestras mamás radica en su gran amor por sus hijos. Ese profundo amor las motiva a salir adelante, a ser la mejor versión posible, a nunca dejarse vencer. Aunque sin duda, todos sus esfuerzos deben ir acompañados también por el Estado, de lo contrario, sus sueños y sus metas serían muy difíciles de cumplir.

Por ello, en el marco de este 10 de mayo hay que reflexionar sobre la deuda que tiene el régimen con las madres mexicanas. Según datos del INEGI, más de 38.5 millones de mujeres son mamás y al menos, 1 de cada 3 hogares está liderado por una mujer. Las madres se enfrentan a desafíos y barreras constantes, como la violencia, la discriminación en el mercado laboral, la falta de acceso a la educación y a los servicios de salud, así como la inexistencia de un sistema de cuidados que las apoye. Sirva decir que dentro de las iniciativas que he presentado, una de las más trascendentes es para tener, por fin, un sistema de cuidados.

Según cifras oficiales, desde diciembre de 2018 a la fecha, hay 64,701 personas desaparecidas y no localizadas. Este clima de violencia ha generado que las madres salgan a buscar con sus propias manos y sus propios medios a sus hijos desaparecidos. Esta crisis es quizá la mayor deuda que tiene el régimen con las madres buscadoras, por lo que es necesario que el gobierno rectifique el rumbo y ponga énfasis en la localización -con vida- de todas estas personas que no estarán en casa para celebrar con sus mamás. Una activista ejemplo de entereza, resiliencia y trabajo para los demás es Ceci Flores, a ella y a todas las madres buscadoras este 10 de mayo debemos reconocerles todo lo hecho, incluso en muchas ocasiones contra “el sistema” que, en lugar de ayudarlas, las revictimiza.

La falta de dinero en los bolsillos de las madres mexicanas, así como las carencias sociales, son otra deuda. Las cifras lo confirman, 25 millones de mujeres viven en situación de pobreza, 25 millones no tienen acceso a servicios de salud como doctores o medicamentos; 12 millones no tienen acceso a los servicios básicos en sus viviendas como agua, luz o un techo y suelos firmes. Lo anterior, aunado a la brecha salarial, donde las mujeres siguen ganando 13% menos que los hombres.

Las madres siguen con la carga de cuidar y velar por sus familias porque este régimen no cumplió con su promesa de implementar políticas públicas que les ayuden a desarrollarse en los ámbitos económico, educativo, social, cultural y hasta político.

Las madres mexicanas tienen el derecho de vivir en plenitud, así que, a todas ellas, mi reconocimiento por su amor incondicional, su esfuerzo constante, por sus abrazos y sus risas. A todas, muchas felicidades.

Diputada federal.

@kenialopezr

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