Estamos ante una de las etapas más sangrientas de nuestra historia. La fallida estrategia de seguridad de López Obrador y de Morena ha generado que los asesinatos, las desapariciones, los secuestros y las extorsiones se hayan incrementado durante este sexenio. Lamentablemente, en lugar de contener esta ola de violencia, dejaron en el desamparo a los mexicanos.
Las impactantes imágenes de niñas y niños de la montaña de Guerrero, rindiendo protesta para integrarse a las autodefensas y enfundar sus armas largas para defender a sus familias de los delincuentes, es el reflejo de la ineficiencia de las autoridades federales y locales para contener la violencia desbordada.
Según el Inegi, en México hay más de 38 millones menores de edad a los cuales el gobierno no ve ni oye porque evidentemente no votan y ya sabemos que López Obrador no ve a las personas sino a los votos.
Nuestras niñas, niños y adolescentes tendrían que estar en las escuelas, no vigilando las calles. Deberían aprender a tocar un instrumento musical, no a manejar rifles. Tendrían que estar con sus familias, no viendo cómo las asesinan. Desafortunadamente, este gobierno negligente y fallido, los ha orillado a cambiar sus sueños por las armas.
La inacción de las autoridades para buscar a una familia desaparecida en Ayahualtempa, Guerrero, ha generado que veinte menores de edad se unan a las policías comunitarias porque lamentablemente, se encuentran desamparados. Están solos frente a los delincuentes, a quienes Morena ha abrazado y solapado.
El gobierno local, haciendo politiquería, se dice alarmado y pretende denunciar a quienes armaron a los niños del municipio. Lo que el gobierno debería hacer es ocuparse en darles seguridad a las familias de Guerrero, porque lo que ocurrió esta semana otra vez en Guerrero, es el producto de la falta de atención municipal, estatal y federal ante el incremento de la criminalidad.
Cada día es más preocupante el asedio que viven las familias mexicanas. Que las policías comunitarias hayan tomado la decisión de armar a las niñas y niños, es la respuesta a la complicidad de Morena con el crimen organizado. Tienen sumido al país en un caos y el incremento en la violencia ha orillado a los mexicanos a tomar medidas emergentes para protegerse.
Ver a menores incorporarse a las autodefensas es la claudicación del Estado de derecho, así como lo es que el crimen organizado reclute halcones, sicarios o vendedores. Esta situación tiene que parar. La niñez mexicana tiene que recuperar su inocencia y sus derechos tienen que ser garantizados.
El compromiso del Estado mexicano debe ser velar por el interés superior de la niñez, castigar a los malos para que los buenos puedan vivir en paz y con justicia. No se puede normalizar la violencia desde la infancia. Con los niños no.
El pilón.
Esta semana, nuevamente fui mencionada desde la mañanera en Palacio Nacional. Mis mensajes no le gustan al régimen, pero tendrán que aguantarse porque seguiré diciendo la verdad. El poder del Estado no debería ocuparse para amedrentar a la oposición, si no para resolver los problemas de nuestro país.
Senadora de la Repúbllica