Esta carta se la dirijo al Primer Mandatario de México, después de escucharlo aceptar que está “metiendo las manos” en las elecciones y desdeñar la denuncia presentada ante la Organización de los Estados Americanos. Es una misiva que escribo con decepción porque devela su autoritarismo y deja claro que como titular del Ejecutivo federal, no le importa transgredir la ley o cometer delitos electorales con tal de posicionar a su partido.
Señor Presidente:
Un sistema democrático debe regirse bajo los principios de igualdad, libertad, participación, respeto a las minorías, reconocimiento de los derechos humanos, división de poderes, ejercicio del sufragio libre y pluralismo ideológico, sin embargo, Usted desde Palacio Nacional, se ha dedicado a vulnerar estos principios.
Los demócratas deben evitar por todos los medios los excesos e invasiones de competencias. Son los primeros en comprometerse a respetar la autonomía de los gobiernos. Garantizan que la sociedad tenga sus derechos fundamentales salvaguardados, no hacen uso de las instituciones para agredir a sus opositores, ni silenciar a aquellos que les hagan frente. Un demócrata entiende que el pluralismo es lo que enriquece a su país.
Veo con desaliento que está usando a las instituciones para desacreditar y minar a aquellos que no comparten su visión y su proyecto de Nación. Ha demostrado a lo largo de estas semanas que no es un demócrata, ni un estadista, Usted actúa y seguirá actuando como un presidente de partido, olvidando que es el Presidente de todos los mexicanos.
Nuestra democracia nació desde el pueblo, con la clara exigencia de erradicar el presidencialismo autoritario. Nació desde las urnas para que la toma de decisiones sea en beneficio de los mexicanos. Nuestra Constitución garantiza el derecho a la pluralidad de ideas por ello, se han tenido que realizar modificaciones legales, romper con sinergias, erradicar vicios en el ejercicio del poder, para garantizar que todos sean escuchados. Sin duda, el mayor logro de nuestra democracia es que haya una alternancia política, de la cual hoy, Usted es beneficiario. La democracia la hemos construido todos los mexicanos y no nació con su victoria en 2018, no se equivoque.
Afirma que su gobierno está “luchando por la democracia, la transformación del país”, sin embargo, su intromisión en el proceso electoral deja claro que no entiende o no conoce lo que significa un Estado democrático. Usted debe sacar las manos del proceso electoral para no dañar la equidad en la contienda. En las calles, hay miles de candidatos que hoy quieren ganar la confianza de la gente que está decepcionada del mal gobierno que prometió una transformación. No busque beneficiar a su partido, mejor encuentre las soluciones para resolver los problemas que enfrenta México en materia económica, de seguridad y de salud.
Con esta carta, Presidente, soy la voz de aquellos ciudadanos que exigen se respete el proceso electoral de este año, que no afecte la contienda, que no cargue los dados hacia el partido político que Usted creó. Los mexicanos no merecen un Presidente que desde su púlpito atente contra la vida democrática que tanto nos ha costado construir. Hoy necesitamos de Usted imparcialidad, altura de miras y que se conduzca como un primer mandatario, no como un político banquetero.
Atentamente, una legisladora que cree en la democracia, la pluralidad y el respeto a la ley.