Ante la amenaza de la deportación masiva de 250,000 personas migrantes este 20 de enero -día de la toma de posesión de Donald Trump- el gobierno federal de México ha asegurado estar “preparado”; sin embargo, no hay una claridad de los números a los que se enfrentan. Así, la incertidumbre respecto de los procesos y acciones de Trump en el ámbito migratorio va a acompañarnos en su segundo mandato, para lo cual es muy difícil estar preparado. Ante este panorama, México tiene la obligación jurídica de proteger a los connacionales que se encuentran en Estados Unidos, sobre todo a quienes están sujetos a una deportación.

La red consular mexicana en Estados Unidos es la institución encargada de proteger los intereses de los mexicanos en el exterior y ante la llegada de Trump, ha implementado diversas medidas para apoyar a la diáspora amenazada de deportación: botón de pánico desde el celular, línea de emergencia las 24 horas, aumento de colaboraciones con despachos jurídicos para la atención de casos de deportación. Desde la década de los noventa, la protección consular mexicana le ha apostado a empoderar a las diásporas, es decir, a acercarles los elementos que les permitan navegar las instituciones en Estados Unidos y reducir sus vulnerabilidades. Los consulados hacen enormes esfuerzos por crear redes de aliados que acerquen servicios de salud; educación financiera; orientación de derechos laborales; apoyo integral a las mujeres; servicios en lenguas originarias; orientación para la naturalización y consejería jurídica, así como representación de las personas en procesos de deportación. Así, los consulados son de gran apoyo para las personas en riesgo de ser retornadas, no sólo por los servicios legales disponibles, sino por todo el trabajo previo que se fundamenta en informarles sobre sus derechos y apoyar el desarrollo de capacidades para la integración.

Algunas recomendaciones para que la red consular sea aún más sólida en el trabajo de protección de la diáspora son:

* Ampliar el horario de atención presencial y en línea

* Formar alianzas con grupos activistas de derechos de vivienda

* Lanzar programas de “padrinazgo” que vinculen a las personas recién llegadas con la diáspora mexicana ya asentada, en particular mediante asociaciones de oriundos

* Implementar actividades para grupos de especial vulnerabilidad como talleres, clases, apoyo psicológico y atención geriátrica para promover su integración y bienestar emocional y social

En conclusión, la labor consular debe seguir avanzando hacia la consolidación de una protección consular proactiva y no reactiva, en donde el empoderamiento de las diásporas sea el eje.

Nota: esta reflexión fue elaborada con datos de la nota de política pública: Paz Escalante, A., Valenzuela-Moreno, K. y Rosales-Martínez, Y. (2024). “Voces indocumentadas. ¿Qué se espera de los consulados mexicanos en Estados Unidos?, El Colef, disponible en: https://www.colef.mx/policypaper/voces-indocumentadas-que-se-espera-de-los-consulados-mexicanos-en-estados-unidos/

Google News

TEMAS RELACIONADOS