Toda persona, en algún momento, se enfrenta con la necesidad de meditar sobre su existencia. El inicio de un nuevo año suele ser una cita obligatoria con esa reflexión: de dónde venimos, en dónde estamos, para dónde vamos. Un mapa sería muy útil. Hoy, casi tres semanas después de las primeras campanadas de 2025, esas preguntas son más pertinentes que nunca porque todo a nuestro alrededor ha cambiado.

¿De dónde venimos? De unas elecciones en México y en Estados Unidos que sacudieron el panorama político, mediático y cultural. Y se sacude también la relación bilateral entre los dos países. Estados Unidos está al borde de una transformación que definirá los años que vienen, y el mundo está sumido en un esfuerzo por comprender lo que se avecina.

¿En dónde estamos? En el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. El inicio de su segundo gobierno después de haber sobrevivido a dos intentos de asesinato y desafíos legales que lo convierten en el primer criminal convicto que llega al poder en Estados Unidos. Trump llega con la promesa de aranceles bajo el brazo, el plan de deportaciones masivas ya sobre su escritorio, y el hombre más rico del mundo, Elon Musk, a su lado.

Trump y Musk están de acuerdo en algunos temas (como inmigración). Y están en desacuerdo en otros (como el cambio climático y el uso de vehículos eléctricos). Pero el hecho es que la persona más rica del mundo unió fuerzas con el líder político más poderoso del mundo. Se trata de una alianza sin precedentes.

¿Para dónde vamos? Territorio desconocido. El sitio de internet Axios describió el contexto después de 2024 así: “el futuro de la información y la política nunca volverán a ser lo mismo.” Y enlistó los cambios más importantes: la red social X desplazó a Fox News como la plataforma más relevante para el movimiento republicano; los medios de comunicación convencionales quedaron debilitados y profundamente fragmentados; Elon Musk y otros magnates emergieron como fuerzas públicas en la política estadounidense; los debates sobre el comercio y la inmigración se movieron decididamente en una dirección más conservadora; demócratas y republicanos coinciden en que China es la amenaza más importante para occidente; y los votantes hispanos son ya el grupo de electores más potente y de más rápido crecimiento en Estados Unidos.

2025 llega con una transformación profunda que tiene consecuencias en la geopolítica, en la forma en que nos informamos todos los días, en la manera en que se generan más negocios y nuevas oportunidades, y en la forma en que se tomarán decisiones desde el gobierno. Debajo del simple resultado de la elección de 2024, hubo un terremoto.

Más personas votaron por Donald Trump que por Kamala Harris, pero fue una diferencia mínima. Estados Unidos es un país dividió por la mitad y ninguno de los dos partidos políticos tiene garantizada una clara mayoría en el futuro.

“Demócratas y republicanos están luchando por el alma de los trabajadores en Estados Unidos,” me dijo la exembajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena. Son aquellos que enfrentan dificultades económicas y se han sentido olvidados. Los ciudadanos más impactados por la epidemia de sobredosis de fentanilo. Los que ven una amenaza en los migrantes porque creen que pueden ocupar sus puestos de trabajo y porque el gobierno usa recursos en atenderlos. Por eso la lucha contra China, el fentanilo y la migración, son asuntos bipartidistas. El ánimo de Estados Unidos se mueve en esa dirección.

En más de una forma, México está en medio: la mayor población de inmigrantes sin documentos en Estados Unidos es mexicana, China es el segundo socio comercial de México, después de Estados Unidos, y los narcotraficantes mexicanos envían droga a Estados Unidos. Ese es el mapa para entender lo que viene.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS