Inversores, proveedores, gobiernos, clientes y empleados exigen transparencia en las empresas. Es esencial para demostrar que puede crear resiliencia ante futuros shocks, que está comprometida con la creación de valor sostenible a largo plazo y que es una economía responsable con el medio ambiente. No se trata de una moda: es subsistencia.
Los inversores están cada vez más interesados en la inversión responsable, como la inclusión de cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) y la divulgación adecuada en sus estrategias.
Esto requerirá más y mejor información para mejorar la transparencia e impulsar el cambio. La información es crucial: empodera a las partes interesadas.
Pese a la trascendencia de la sustentabilidad y buen gobierno corporativo, hasta ahora lo único que podemos saber de una empresa con un alto grado de certeza es su desempeño financiero, lo que resulta insuficiente para las partes interesadas.
Ante esto, los inversores ya buscan mejor información. El 88% de ellos, por ejemplo, aseguran que su empresa monitorea los indicadores ESG para determinar sus decisiones de inversión. Sin embargo, cada vez los indicadores ligados a las iniciativas verdes, responsabilidad social y buen gobierno corporativo serán más relevantes.
Incluso, si las empresas quieren acceder a mercados de capital profundos, requerirán informes ESG sólidos. Ya no serán opciones deseables, sino requisitos ineludibles.
A nivel mundial vivimos un momento en el que las cifras financieras tradicionales no bastan. Los consumidores, empleados y ONG quieren comprender cada vez más el impacto que las empresas tienen en la sociedad y buscan información en la que puedan confiar. Estamos en pos de mayor transparencia corporativa.
Sin embargo, aún no se estandarizan los criterios sobre cuáles son los indicadores claves que deberán presentarse en cada empresa. Aún hay innumerables criterios para informar desde la huella de carbono hasta la diversidad de género, por ejemplos. Las empresas desconocen qué estándares son los más influyentes.
Esto requerirá un gran trabajo para homologar criterios y determinar qué y cómo cuantificar aspectos cruciales en las compañías. Se trata de valores que van más allá del impacto en inversores reales y potenciales. Es asegurar la participación de mercado y ser creadores de la economía circular que demanda nuestro tiempo y los retos futuros.
A la par, la divulgación de información genera confianza y garantía corporativa: factores claves para subsistir en un mercado recesivo y altamente demandante.
Por lo pronto, las acciones que inician la transparencia empresarial son involucre a la junta directiva en las acciones ESG, transparencia de lo que importa en el negocio según sus bases competitivas y sector en el que participa, informar datos no financieros de manera efectiva y utilizar para ello el mismo rigor que aplica a los datos financieros.
Otra acción crucial es considerar que la transparencia se habilita al proporcionar datos en formatos digitales flexibles que otros pueden procesar y utilizar.