El nearshoring ha mostrado sus efectos positivos en México en los últimos dos años; para este año, se espera que el país se sitúe en el octavo lugar de entre los países emergentes más atractivos para la llegada de inversión extranjera directa de acuerdo con en el estudio 2023 Kearney FDI Confidence Index; anuncios de grandes inversiones se han hecho desde inicios de año, lo que apoya las perspectivas.
Sin embargo, en el mediano plazo la llegada de nuevas empresas está demandando servicios y facilidades que pueden representar un riesgo ante las importantes limitantes estructurales no resueltas, creando ineficiencias, saturación, cuellos de botella y mayores costos de instalación; de igual forma se pueden incrementar las presiones sobre precios de varios sectores generando un fenómeno inflacionario, en principio en las zonas receptoras, pero con potencial para diseminarse a otras partes del país.
Con este escenario, los crecientes requerimientos del nearshoring, por un proceso de oferta y demanda, pueden presionar los precios, especialmente en la zona norte del país. El problema inflacionario vía relocalización se puede originar por múltiples circunstancias previsibles: si no hay transporte, subirán las tarifas; al no haber infraestructura, las rentas van a aumentar; sin parques industriales, las pocas instalaciones disponibles van a ser más caras; al no haber gente que vaya a hacer instalaciones, los instaladores van a cobrar más por el trabajo; y al no haber suficiente personal capacitado o con las habilidades y competencias necesarias que opere en las nuevas líneas de producción o que presten servicios asociados, los cuales van desde contable-administrativo, legal, hasta de investigación y desarrollo, la “mano de obra” se va a encarecer, incluso el alojamiento de trabajadores que migren de otras regiones puede encarecerse.
Los estados fronterizos con Estados Unidos que más inversión extranjera han recibido en 2021 y 2022 son Nuevo León, Baja California y Chihuahua, mientras que Tamaulipas, Coahuila y Sonora reciben, pero en menor cantidad; destaca que los tres primeros estados han presentado tasas de inflación más altas respecto a la general.
Otro indicador que considerar es el Índice SHF de Precios de la Vivienda que publica la Sociedad Hipotecaria Federal: para esos mismos estados, en Nuevo León los precios de la vivienda en 2022 aumentaron 9.1%, 12% en Baja California y 9.7% en Chihuahua, todos por arriba de la inflación general para ese mismo año.
Por otro lado, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados a finales del año pasado la tasa de ocupación de parques era de 98%, siendo Estados Unidos el que posee más empresas localizadas con el 31% del espacio. Si se llegase al límite de ocupación y si no hay más oferta que cubra la alta demanda, como se espera, habrá un aumento de los precios.
Las circunstancias adversas en los precios de la futura relocalización generarán presiones inflacionarias que alimentarán a las actuales.
México debe prever ese escenario e impulsar el desarrollo industrial; si el deseo es que la oportunidad no se convierta en un problema, se requiere de una respuesta ágil y oportuna en materia de infraestructura, de telecomunicaciones, de tecnología, de transporte, de recursos humanos y de espacio comercial, industrial y habitacional.
Es necesario contar con un plan integral con visión de largo plazo que fomente la relocalización por parte del gobierno y con la participación de las organizaciones empresariales.
Presidente de Consultores Internacionales, S.C.