Cuando despertó, la inflación todavía estaba allí. Sin duda el combate al aumento generalizado y sostenido de precios que se diseminó como una suerte de pandemia desde 2021, ha sido preocupación y ocupación prioritaria de las diversas economías que la están experimentando en distritos grados (pero destacadamente en Latinoamérica) y con prácticamente una única estrategia para controlarla: la política monetaria (una tradicional receta para los que consideran que “la inflación es siempre y en todo momento un fenómeno monetario”). Ciertamente, el aumento en las tasas de interés ha logrado revertir el ritmo de crecimiento de los precios, si bien no al mismo ritmo que nos repusimos de la pandemia. Sin embargo, al parecer la inflación está regresando por sus fueros, lo que da pie a señalar que alcanzar el objetivo buscado implicará tomar otras medidas.
Durante 2023 atestiguamos la reducción paulatina en el ritmo de crecimiento de los precios a nivel mundial, pasamos de un registro de 8.7% en 2022 a un estimado de 6.9% en 2023 a un pronóstico de 5.8% en 2024, según el FMI. Ciertamente por país y región la situación difiere según las circunstancias. En el caso de Estados Unidos la inflación pasó de 6.5% en 2022 a 3.4% en 2023 y un estimado de 2.6% para 2024, lo que implica un ritmo más lento de reducción debido al endurecimiento de la política monetaria y con la ayuda de los menores precios internacionales de las materias primas.
En el caso de nuestro país los datos indican 7.8% en 2022, 4.7% en 2023 y un consenso de pronóstico de 4.02% para 2024, previo al cierre de 2023, el cual superó las expectativas. De hecho, en los meses de noviembre y diciembre se advierte un posible cambio en la tendencia en el crecimiento de los precios, una suerte de repunte. En particular, los precios de los alimentos (industrializados) son los que han mostrado una drástica reducción bajando de aumentos anuales del 14.1% a finales de 2022 a cerrar en 6.3% en 2023. En contraste, los precios de servicios se han mantenido con un paso creciente, si bien moderado lo que ha aportado al repunte general de los últimos meses.
Ahora bien, el consenso analítico establece que los determinantes de los elevados niveles de inflación mundial registrados entre 2021 y 2022, están correlacionados con los precios de las materias primas energéticas y no energéticas, la brecha del producto mundial, la volatilidad financiera y los precios de los insumos ante la ruptura de las cadenas globales de suministro derivados de la propia pandemia y de los conflictos geopolíticos. La incidencia directa de la inflación de costos (o de oferta) se reflejó en los precios de los alimentos y los energéticos, en particular en los precios de materias primas y productos agropecuarios. En el caso de México, cabe recordar que los energéticos reflejan un cierto control estatal, por lo que durante el periodo de análisis estos registraron incluso deflación (caso del gas butano), si bien en los últimos meses también registran un repunte.
La inflación es un fenómeno multicausal, y generalmente, se mezclan componentes monetarios, no monetarios e inerciales. En nuestro país las presiones inflacionarias tienen un empuje sobresaliente, especialmente en el fenómeno de formación de precios derivado de las restricciones que imponen factores como la infraestructura, la baja productividad, el esquema tributario, y la cada vez más evidente intrusión de la delincuencia organizada que ha logrado controlar cadenas de producción y comercialización.
No podemos soslayar que el incremento en el salario mínimo, los crecientes flujos de remesas y las transferencias monetarias por parte del estado sobre todo en año electoral enfilan a generar la percepción de una mayor liquidez que incentive el consumo y por ende mayores presiones sobre los precios. Ante ello, el éxito de cualquier estrategia antiinflacionaria que se encare requiere de un enfoque integral, capaz de atacar el conjunto de los factores inflacionarios máxime si la autoridad monetaria se empeña en alcanzar su objetivo de inflación, pero sigue utilizando el que parece ser el único instrumento que conoce, la política monetaria, la cual ya está llegando a sus límites.
Presidente de Consultores Internacionales, S.C.