Un discurso en el Zócalo ante miles de personas como el que pronunció el martes pasado el secretario de Marina, el almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, teniendo al lado a la Presidenta de la República, que no hay que olvidar que también es la Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas, cimbraría a la opinión pública en cualquier democracia consolidada. Y, en una de esas, inclusive sacudiría los cimientos del sistema político completo por el terremoto que implicaría reconocer que la corrupción y el crimen organizado contaminaron áreas sensibles de una de las instituciones más respetadas del país. Por si usted andaba de puente y no se enteró, o la información se le diluyó ante el caudal de noticias cotidianas que solemos recibir en nuestros dispositivos móviles, le recuerdo algunas de las frases del Almirante:
“Fue muy duro aceptarlo (el caso del huachicol en la Marina que involucró a altos mandos y que EL UNIVERSAL ha documentado muy bien), pero hubiera sido imperdonable callarlo. El mal tuvo un fin determinante: en la Marina no encontró lugar ni abrigo. Fuimos nosotros mismos quienes dimos el golpe de timón, porque la lucha contra la corrupción y la impunidad son parte central de la transformación”.
Por partes: fue muy duro aceptarlo. Pues sí, fue durísimo, porque ciertamente hubo resistencias al interior no sólo de la Marina sino del conjunto de las Fuerzas Armadas, según pude confirmar. Hubo voces que alegaban que el daño institucional sería irreparable, que la Marina quedaría manchada por culpa de unos elementos (¿ya nos van a decir cuántos fueron en total los involucrados?), que la honorabilidad se extinguiría, que había que ocultarlo y sancionar internamente a esos elementos de la manera más dura posible, pero no dar a conocer detalles de la trama criminal que inevitablemente salpicaría al más alto mando de la Marina del sexenio pasado, al ex secretario y almirante Rafael Ojeda Durán.
Algunos inconformes inclusive tuvieron arranques misóginos, cuando, según mis fuentes, dijeron que “esto no ocurriría con un hombre al frente”, es decir, con un presidente machito y solapador que ocultaría los hechos con mano dura, un presidente cómplice que “nunca” se daría un desleal tiro en el pie. La añoranza de la bota, pues, tipo los años sesenta y setenta, o una copia del cinismo reinante en los tiempos del golfista Enrique Peña Nieto.
Eso que querían algunos militares desleales -el silencio, la complicidad, la opacidad-, hubiera sido imperdonable porque de todas maneras el escándalo, tarde o temprano, hubiera llegado completo a los medios de comunicación y el solapamiento exhibido hubiera hundido a todas y todos, por una sencilla razón: hubiera quedado bien demostrado que son iguales de corruptos y cínicos que sus antecesores del prianismo.
“Pase lo que pase, duela lo que duela, se trate de quien se trate (…) nuestra lealtad nos sostiene”, dijo el almirante antes de concluir su discurso y regresar a su lugar, a la izquierda de la Presidenta (y de su esposo), porque fue ella quien lo dejó hablar en público, fue ella quien avaló sus palabras, nada que se trató de un acto de rebeldía, como insinuaron algunos comentócratas. No, fue un momento de la Marina, de las Fuerzas Armadas, sí, pero la catarsis y confesión fue ordenada por la Presidenta, tuvo el aval de la Presidenta, en lo que constituyó un acto impensable que sucediera en tiempos del PRI, el PAN, o de Andrés Manuel López Obrador.
Poco antes, había dicho el Almirante:
“Jamás fue para nosotros opción el disimulo, porque el silencio no nos define. La verdad, en cambio, nos fortalece, la justicia nos determina y la honestidad nos sustenta. Hoy la Marina de México es más fuerte (…), una Marina en la que la ley es para todos".
Bien por el Almirante, bien por la Presidenta, pero (se sabe que siempre hay un “pero” en el periodismo), eso de que la ley es para todos y que no hay disimulo, y por tanto simulación, requiere más datos:
1.-. ¿Desde cuándo se supo acerca de toda esta trama criminal en Palacio Nacional?
2.- De acuerdo con mis fuentes, desde el sexenio pasado. ¿Es cierto que este asunto se conoció desde finales de 2023 y que se decidió “postergarlo” para no incidiera en los comicios de 2024?
Pregunto, por si acaso ratifican sus ánimos de transparencia y honestidad. La Presidenta dijo hace un par de días que en su gobierno que no saben qué tan atrás venía la colusión de miembros de la Marina con el combustible ilícito. Bien, que investiguen si sólo ocurrió en el sexenio pasado, o si viene de más atrás, pero eso no es lo que pregunté: ¿desde qué año sabían en Palacio Nacional que había este problema? ¿Desde que el expresidente Andrés Manuel López Obrador determinó una cruzada contra el huachicol al inicio de su sexenio?
Si bien recuerdo, el fiscal Alejandro Gertz declaró hace no mucho que desde hace dos años (eso sería en 2023, antes de las elecciones, ¿verdad?) la FGR tuvo conocimiento de hechos presuntamente constitutivos de delitos porque, según él, el ex secretario de Marina le pidió en ese tiempo que investigara el asunto. Y aquí es donde no me cuadran las fechas, porque Claudia Sheinbaum declaró que fue en marzo de este año cuando se empezó a investigar el tema. "Estas detenciones vienen de una investigación que inicia en marzo de este año a partir de un buque que llega a Tampico. Ahí es donde la propia Marina y Aduanas, etcétera, se dan cuenta y levantan la denuncia, porque ya estaba ocurriendo en marzo de este año. estábamos nosotros en el Gobierno, llega el buque y ahí inician las investigaciones". ¿Entonces la FGR sabía de estos actos delictivos desde hace dos años y no actuó en consecuencia hasta apenas 2025 por presión del actual gobierno? ¿Encubrió el fiscal a altos mandos de la Marina para no afectar las elecciones con semejante caso de corrupción? ¿O durante dos años investigaron tan mal en la FGR que no ataron un solo cabo y sólo consiguieron eslabones ministeriales hace unas cuantas semanas? ¿Qué fue? ¿Encubrimiento o ineptitud?
¿Y en Palacio Nacional no se enteraron de nada del affaire Marina-huachicol desde 2023, o fue de ahí de donde salió la orden para que el caso no prosperara? Otra vez: ¿hubo encubrimiento de los servicios de inteligencia, o ineptitud? ¿No se enteraron de lo que ya sabía o intuía el ex secretario de Marina, o sí sabían, pero ignoraron la información?
Si quieren les ayudo tantito a recordar: en 2019 ya había información de la magnitud del huachicol. ¿Se acuerdan del general Eduardo León Trauwitz que trabajaba en Pemex? Él declaró que le pasó información al respecto al gobierno federal de AMLO. Y un año después, ¿no fue el director de Aduanas Horacio Duarte el que tenía más información? ¿Y en 2021 no fue Raquel Buenrostro, desde el SAT, que denunció algo similar?
Qué bueno que se dio el discurso del Almirante Secretario y que la Presidenta haya decidido ir con todo contra esta red de funcionarios corruptos ligados al crimen organizado en su vertiente huachicolera, pero falta mucha información que, de una u otra manera, la vamos a conocer completa, así que podrían ahorrar disgustos espaciados que se vuelven una tendencia de corrupción, hacer memoria rápido, desempolvar todos los informes clasificados de una buena vez, revivir los expedientes que dormitaban, y pues eso: que caiga quien caiga, sin simulaciones ni gesticuladores. "Fue mediante un ejercicio de sabiduría, sensatez, congruencia y humildad que pusimos ante la ley, ante la conciencia y el escrutinio de las y los mexicanos actos reprobables que no nos definen como Institución, si no que podían enquistarse y quedarse para dañar a nuestro pueblo", remachó el martes el almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles.
Que todos, del presente y el pasado, honren esas palabras y que no quede ni un quiste por aclarar en ninguna parte de la cadena de mando.
Sugiero.
BAJO FONDO
Y del caso de La Barredora, el affaire del exsecretario de Seguridad de Tabasco bajo el gobierno de Adán Augusto López, el del señor Hernán Bermúdez recién aterrizado en México que presuntamente encabezaba esa elocuente organización criminal, ¿cómo andan de la desmemoria selectiva y la amnesia oportuna? Lo pregunto porque, como ha reporteado muy bien EL UNIVERSAL, hay indicios claros que las operaciones ilegales empezaron al menos desde 2019. Va de nuevo: ¿en Palacio Nacional y sus órganos de inteligencia no sabían nada? ¿Las áreas de inteligencia de las Fuerzas Armadas tampoco tenían conocimiento? ¿Por qué la FGR actúa hasta ahora si al parecer tenía información al menos desde 2024?
No sabían a profundidad y no investigaron bien desde 2018 en ninguna instancia del Estado mexicano, mal.
Sabían y no actuaron, peor.
¿Cuál de las dos opciones? ¿Ineptos o cómplices por encubridores?
Lo dicho: falta mucha información y hartas explicaciones, si realmente quieren no ser iguales a TODOS sus antecesores de este siglo.
jp.becerra.acosta.m@gmail.com
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